Esta es la cuarta entrega de un análisis de comparación
entre el libro El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas y sus adaptaciones
audiovisuales. Anteriormente vimos los films del 2002 y de 1975, y también la
serie francesa de 1998. Hoy es el turno de la telenovela argentina
“Montecristo” de 2006 producida por Telefé.
Sí, me vi los 144 capítulos de los cuales al menos 70
fueron de relleno o con historias que se desviaban de la trama central.
Entiendo que la novela tenía que durar el año entero y que los guionistas
llegaban con el libreto ajustados como calzón de torero, pero hubo historias que no se
cerraron y otras que se resolvieron a los tumbos. Así y todo, tiene muchas cosas positivas, lo que permitió alcanzar un rating
altísimo y ser un éxito internacional, llegando a hacerse reversiones en
numerosos países, sobre todo en Latinoamérica y consiguieron el reconocimiento de la crítica y numerosos Martín Fierro en mano.
Entre el elenco lo tenemos al sobreactuado Pablo Echarri
(Santiago Díaz Herrera en la telenovela) haciendo las veces de Edmundo Dantés
del Siglo XXI y cuya voz a veces será un ininteligible susurro. Paola Krum
(Laura) es una excelente Mercedes, un tanto explotada y sobreexigida en su desesperación por los escritores. Pero por lejos lo mejor del programa fueron
los antagonistas. Desde Joaquín Furriel (Marcos lombardo) en el papel de Fernando
Mondego, aquel enfermo de celos que tan bien le sienta, pasando por el más malo entre los malos de
Oscar Ferreiro (Alberto Lombardo) que meneja todo desde las sombras y el siempre autor material Roberto Carnaghi
(Lisandro), hasta Viviana Saccone (Victoria), Luis Machín (Rocamora), Virginia
Lago (Helena), María Onetto (Leticia), Milton de la Canal (Matías), y todos los
demás que también estuvieron muy bien en sus papeles.
La adaptación a la contemporaneidad de la obra de Dumas
está basada principalmente en la Venganza del personaje principal -"un amor, una venganza" dice el gancho del eslogan-, aquel que
fue traicionado y encerrado en una cárcel durante largos años (en la telenovela
10 años, en el libro unos cuantos más), y de la cual logra escaparse para
intentar recuperar todo lo que perdió: amor, familia, juventud. Creo igualmente
que el mayor logro es como insertaron en la trama la trágica etapa de la
historia argentina: la memoria y los desaparecidos durante la última dictadura
militar, drama que nunca había sido incorporado en las telenovelas argentinas. Ambientada
a tres décadas del inicio del Golpe Militar la historia exige un ejercicio de
la memoria (yendo y viniendo del pasado al presente) y hace una clara denuncia
a favor de los Derechos Humanos. Además toca temas como la Ética Profesional
(de médicos, abogados y jueces), hablan de Secuestros, Cárceles y Exilios, y
principalmente del Derecho a la Identidad. Y de ahí se desprende toda la
historia del ocultamiento, del nacimiento de Laura en cautiverio luego del
secuestro y desaparición de los padres; de la familia adoptiva que oculta su
origen y de la búsqueda de su hermana, que sabía que su madre estaba embarazada
al momento de su desaparición. Gracias a estos temas consiguieron atraer el
interés del público que por lo general es ajeno a este género, entre los que me
cuento.
Acá va mi recopilación de esa secuencia, los ordeno en el orden cronológico que debería llevar y no en el orden aparecido en la novela, que de tantos flashbacks llegó a enredar la secuencia. Estamos ante uno de los mejores abate Faria: Ulises Dumont.
Los detalles que aluden a la novela escrita y que
garantizan la intertextualidad, se dieron en los primeros capítulos, como por
ejemplo cuando leen, remarcan o extraen frases del libro (sobre todo de la
temática de la venganza). También dentro del tesoro que Ulises le deja a
Santiago en una isla del Tigre (la Isla de Montecristo del libro) es un
original nada más y nada menos que de “El Conde de Montecristo”. También
veremos a Santiago ir modificando sus disfraces ante sus enemigos, tal cual lo
hacía Dantés, así lo veremos como chorro con pasamontañas, haciéndose pasar por
ciego con unos lentes negros gigantes o pixelado por una cámara de TV. Algunos
personajes secundarios pasarán a comportarse como otros personajes secundarios
del libro, y así por ejemplo, Lisandro por momentos nos recordará a Northier y el pequeño Matías a Alberto Mondego. Pero,
el gran acierto y sorpresa es cuando Santiago recibe su pasaporte falso para
poder ingresar al país, y cambia su identidad por un par de capítulos pasando a
llamarse Alejandro Dumas. También funcionaron bien las escenas del espejo, más cercanas a "El Fantasma de la Ópera" que a la obra de Dumas, pero supieron resolverlas y cierran hacia el final.
Igualmente uno de los momentos mejor logrados (sin contar las numerosas escenas en que Carnaghi levanta el programa con sus torturas o matanzas) es el capítulo 77, cuando Santiago reaparece ante sus enemigos que lo creían muerto.
Lo que queda claro también es el riesgo que se tomó en
cuanto a la producción, ya que muchas veces era tal el vértigo, que el guión
estaba apenas un poco tiempo antes a disposición de los actores. Uno de los últimos capítulos mostrará a los actores más relajados, riendo y hablando de que al fin iban a "poder dormir tranquilos". En ese trajín se
tocaban temas de la actualidad reciente de la grabación, con noticias de la
realidad social de ese mismo 2006, y, si bien en algunos detalles eran
desprolijos (se ven numerosas veces improvisaciones y ni hablar de los
micrófonos aéreos que muchas veces son más protagonistas que el mismo Echarri y de las veces que se ven las sombras de los camarógrafos)
el espectador estaba viendo una ficción con tintes de la realidad cotidiana.
Por ejemplo, en septiembre de 2006 ocurre la desaparición de Julio López y este
hecho sacude a los guionistas que introducen la temática en la trama. También
en algún momento hablarán de "la vedette que se cayó de un edificio" (caso
Pradón). Al mismo tiempo, a partir de la novela, varios nietos fueron
recuperados al tomar conciencia y preguntarse por su identidad. Y ahí es donde la ficción cruza la realidad social notablemente.
Hubo momentos donde la novela decayó, como por ejemplo en los triángulos amorosos o en las secuencias de secuestros, donde les faltó ritmo o una mejor resolución.
Además me llama mucho la atención la facilidad con que se escapan de todos lados
(cárceles, loqueros, mansiones completamente custodiadas) teniendo en
cuenta que al personaje principal lo
salvó un milagro y que tuvo que esperar 10 años.
El final de la novela se vivió en el Luna Park con varios
miles de fanáticos, en su mayoría minitas de 20 años de edad, y el final
seguramente no las defraudó. Pero para quien les habla (y sin delatar detalles)
el final logró estropear gran parte del desarrollo de los últimos capítulos.
Creo que si la historia terminaba 30 o 40 minutos antes, hubiera sido un final
aceptable y bien cerrado. Pero al parecer había que quedar bien con el típico
público de culebrones para los que la relación del triángulo amoroso es más
importante que la adaptación de la obra magistral de Dumas. Esa noche
estuvieron presentes Alejandro Marley, Bolzoni (el autor de los temas musicales
de la novela) e incluso algunas de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo. Todo
este cóctel explica un poco el por qué del final tan chafa.
Ahora, una última pregunta ¿alguien me explica por qué en
la presentación Echarri aparece en la terraza de un edificio de Buenos Aires
con su melena al viento si la novela transcurrió en el Norte del Gran Buenos Aires?
no vi la novela pero no porque no me guste el género, suelo elegir las del 13 (bah, las eligen en casa ja) así que ésta no miré...
ResponderEliminarEcharri ni fu ni fa (suele exagerar si) pero Paola Krum, bombón, siempre está bien... la mitad fue de relleno? la pucha, no se como te la aguantaste toda ja...
el final es asi en toda novela, olvidate que sea coherente... no dijiste si la zaraza estuvo en los últimos 40 capítulos como para rellenar y estirar un éxito y que siga dando guita y rating...
salu2 master...
Todavía me pregunto lo mismo ¿cómo me vi toda la novela?, pero bueno, siempre con la esperanza de que lo que viene va a ser lo mejor.
EliminarSi la novela terminaba 35 minutos antes, estábamos ante un muy buen final (habría que pulir algunos detalles también). Pero claro, tenían que quedar bien con el típico público de culebrones, sino el Lua Park hubiera sido un río de lágrimas y Echarri perdía espectadoras fieles.
Me hubiera gustado ver eso.
Saludos!
No puedo creer que te hayas visto una novela completa! jaja yo la vi años atras y me pareció excelente!! una de las pocas novelas argentinas que valian la pena verlas.
ResponderEliminarLo mejor de todo fue la actuacion de Echarri (jajajaja)
besos
Lamentablemente la vi toda, tendría que haberla abandonado en el capítulo setenta y pico y de ahí saltar al anteúltimo, pero bueh, así las cosas. Echarri es una de cal y otra de arena.
EliminarPitblado!
Wow no sabia que existiera esta versión en serie argentina con 144 capítulos, y que te los vistes todos! y aunque no quedastes muy complacido es de aplaudir que por Dumas se aguanta todo. También en la serie del 2002, aunque hermosa, eliminó detalles y personajes importantes para hilar la trama hacia un final feliz.
ResponderEliminarNo puedo ver los videos me dice que está bloqueado.
Abrazo
Por acá fue un éxito y creí que lo habían exportado a otras partes de Latinoamérica.
EliminarNose qué pasa con esos videos, vamos a ver si lo puedo solucionar
Abrazo y muchas gracias Yessy!
Frodo:
ResponderEliminarno me hubiese esperado que apareciera en la banda sonora los Carmina Burana...
Siempre te documentas muy bien en tus entradas.
Gracias.
Es una sorpresa, cierto.
EliminarIntentaré ver la nueva versión, e intentaré documentarme también. Que ya llevo mucho tiempo sin atender la etiqueta de Condes.
Abrazos, Dyhego profe querido