Como ya dije unas cuantas veces la historia de El Conde de
Montecristo tiene un poco de cada condimento que interesan en este
sitio: traición, venganza, amor, duelo, arrepentimiento, imposturas, fuga,
aventura…
De todas las películas basadas en la novela de Dumas que
hemos analizado esta que presento hoy es la más fiel ya que están muy bien
repartidas las secuencias de la historia como para que la trama tenga un
correcto dinamismo y así lograr que se destaquen las partes esenciales en tan
solo 100 minutos, cosa que no habían podido lograr en la superproducción de 2002 donde las escenas de aventuras y duelos se llevaron mucho protagonismo. De
todas las que vimos a la que más se asemeja es a la de 1975 protagonizada por Richard Chamberlain, aunque la que presentamos hoy vio la luz dos décadas antes.
Con dirección de León Klimovsky y el reparto de Jorge
Mistral como Edmundo Dantés, Santiago Gómez Cou como el procurador del rey Villefort, Elina Colomer
como la esclava Haydeé y Nelly Meden como Mercedes, este film argentino de 1954 dio mucho que hablar en su momento, y todavía tiene algo que decir, aunque me parece que ¡solamente en este blog!
Arranca por la mitad del libro, cuando Edmundo va a los
espectáculos públicos con su “esclava” Haydeé ya presentado como Conde de
Montecristo y el vizconde lo desafía a un duelo (“reparación” la llaman). De
ahí, mientras escribe su diario se produce un flashback hacia el principio de
la historia en la novela y volverá al presente recién sobre el final del film, como para concluir el duelo y cerrar
la historia.
La escena que solemos analizar y comparar entre los
distintos films, aquella escena paradigmática para quien escribe esto es la del
encierro en el Castillo de If.
Viendo la escena sesenta años después llama la atención lo
teatralizado de las peleas y lo sobreactuado del acento al estilo comisario de
Hijitus del carcelero. Es un acierto que el abate (protagonizado esta vez por
Francisco López Silva) se llame Farías, aunque no es ni por asomo el mejor
abate Faria. Creo que Richard Harris en la del 2002 le gana por afano y que por
estos pagos el que se destacó fue Ulises Dumont en la novela Montecristo que también hemos analizado.
Quizás en lo que fallan es que no dejan ni un hilo de
misterio, explican paso a paso como se escapó Edmundo. Todo muy fiel al libro,
demasiado fiel y sin utilizar algunos recursos interesantes como la voz en off que
se utilizó en la de 1975 y además el maquillaje no es del todo creíble (quizás en el 54 lo era).
Algo a destacar en el reparto de personajes es que no se le
dio tanta cavida al personaje de Fernando Mondego (aquel que planea el encierro de Edmundo para poder casarse con su prima Mercedes) protagonizado aquí por Ernesto
Bianco y en cambio se le dio mayor importancia a Villefort y a Haydee. La parte
amorosa, de celos del primo y de la boda es demasiado exagerada, sobreactuada, aunque
recordemos siempre que estamos en 1954.
En cambio este detalle fue superado en la versión de la telenovela francesa de 1998, en donde hicieron actuar a los hijos de
los actores y así demostrar el paso del tiempo (pero claro, también motivado esto porque el tamaño de Depardieu no “encajaba”
en versión adolescente). Además en esa mini serie tuvieron 400 minutos para
desarrollar la historia, en cambio acá un cuarto de ese tiempo.
Pero tan solo por unos bigotitos no nos van a convencer… no señor, ¡exigimos una reparación!
Pero tan solo por unos bigotitos no nos van a convencer… no señor, ¡exigimos una reparación!