El escenario era hostil y los personajes, opresivos: en una pequeña oficina con decoración minimalista, una mesa de interrogatorios y dos incómodas sillas; un científico de gruesas antiparras y guardapolvos con número de matrícula incoherente le lanzaba una ráfaga de preguntas fatales, disparatadas. Los labios del tipo se movían pero no emitían sonido alguno (¿se comunicaba por telepatía?). Con expresión ceñuda presionó un intercomunicador, movió su boca repetidas veces y se fue.
Apareció una chica con uniforme blanco y frío como el burocrático sistema que le daba cabida, le hizo unas preguntas incomprensibles mientras registraba las azarosas respuestas en una ficha con caracteres cuasi cirílicos. El interrogatorio se alargó (otros agentes lo examinaban seguramente, tras el vidrio espejado) y al
parecer una de las respuestas no fue la que se esperaba, la chica miró a un costado y
bajó una palanca que dio la alarma. Sonido de sirenas, luces verdes que parpadeaban, corridas por todos lados. La oscuridad cayó como un telón de hierro.
¿Fue un corte en la transmisión satelital? Tal vez una falla técnica común de la época, analógica y rudimentaria, hizo que se malograse el programa (o tal vez era sólo una señal de ajuste).
Todavía un poco aturdido, despertó en posición horizontal en un galpón y desde su perspectiva pudo ver que estaba repleto de caídos en desgracia, de torturados. Recordó fugazmente que para escapar debía aplicar el Método. Debía ignorar los sentidos, ese era su único salvoconducto.
Antes de ponerlo en práctica un movimiento disruptivo lo arrancó de su reposo. Ahora iba a gran velocidad por largos pasillos con curvas y contracurvas, podía ver los tubos fluorescentes que fallaban en su arranque y volvían luego a iluminar carteles con señalética extraña (¡otra vez ese alfabeto cirílico!), hubo una rampa, la inercia de un ascensor, el sonido de una puerta tijera que se plegaba.
Cuando se detuvo se encontró en un salón marmóreo atiborrado de máquinas industriales. Llegó otra chica (¿acaso era la misma
del interrogatorio, esta vez de negro?), le suministró unas píldoras, le dió a
engullir un líquido espeso, y con un pinchazo en el brazo lo conectó a una
sonda de la cual era evidente que obtenían todo tipo de información. Conectó unos cables, movió unas perillas, hizo un garabato en la ficha, y se retiró. Sintió un
adormecimiento, un pitido a intervalos regulares, y un momento después lo invadió una sensación alucinógena... (era evidente que ingresaba en un agujero de gusano, un túnel de espaciotiempo que lo abrió a
una nueva percepción, a otra forma de consciencia).
Revivió los
momentos más felices de su vida, pero también las zozobras, y como en un cuadro cubista pudo sentir las cosas de distintos ángulos, a la vez: el encuentro con el amor de su vida, la reciprocidad, el nacimiento de sus hijos, las peleas por
motivos estúpidos, pescas en lancha por el Delta, el paso rutinario de los días aburridos, una estafa laboral, chistes de gallegos contados en Coruña, el desguace del estadio, la sensación de perder a sus seres queridos, también el primer día de escuela, y el
increíble día en que lo dejaron sin su empleo, el duro clima de las
madrugadas en la colimba contra el viento implacable, la brisa cálida de un largo viaje de
vacaciones hacia el norte casi sin destino, rotura de meñiscos en un fulbito con amigos, un acierto en la lotería, la sensación de perder a sus seres queridos, su equipo campeón, el adormecimiento de una siesta de verano escuchando radio, el ruido de un corcho en las
fiestas navideñas con familia numerosa, esa extraña luz en el cielo de la que tanto se hablaba en plena Guerra Fría...
(¡El Método!) Despertó de su letargo.
Era lo único que le quedaba. Su mecanismo de defensa, suelo firme dónde pisar seguro. Mientras recordara la secuencia todo marcharía bien y lo dejarían ir. Por el contrario, el mínimo error, cualquier omisión o intromisión, haría tambalear el sistema.
En el procedimiento no debía olvidarse ninguna pieza, todas eran fundamentales para la supervivencia, y el ritmo de la alineación principal era tan importante como la cadencia de un mantra espiritual, como la métrica y rima de un poema mítico que debe transmitirse de forma oral, de generación en generación:
Lev Yashin
Vladimir Ponomaryov
Albert Shesternyov
Vasily Danilov
Yozhef Sabo
Valeri Voronin
Igor Chislenko
Galimzyan Khusainov
Valeriy Porkuyan
Anatoli Banishevski
Eduard Malofeyev
Pero no había allí nadie para corregirlo o darle la razón (era ya muy tarde).
Y corriendo, apareció un camillero del Hospital Pirovano.
La vida tiene su simetría dentro de una cancha de fútbol. Es un cliché gastado, pero escuchá esta historia.
Lucas me dijo que faltaba uno. Fútbol cinco los miércoles a las nueve en el Club La Reja, y me insistió para ir esa misma noche de verano si no tenés cortos te llevo y jugás en zapatillas. Se jugaba lindo. Camaradería, pases por abajo, abrir la cancha, llegar al fondo y centro atrás, a meterla siempre desde el área (regla tácita). Aunque perdimos, nos quedamos charlando y me despedí sabiendo que volvería a la semana siguiente.
Pasaron así dos o tres meses jugando cada miércoles a las nueve en el Club La Reja, sin pensar en el discurrir del tiempo, la pasábamos bien. Había encontrado grupo de pertenencia en el mundo del fútbol amateur, nos llamábamos por apodos (inventados en esos partidos) y nadie se perdía el tercer tiempo. Cerveza, gaseosa, chistes, algún partido en la tele, cualquier giladita para picar.
Un miércoles frío de invierno faltaban dos jugadores. Lucas llevó un compañero de laburo, y el Rabona llevó un amigo. En la primera que se cruzaron los dos recién llegados fue un choque a matar o morir, como si esa fuese la última pelota dividida de la galaxia. Se armó la rosca, patada al muslo por un lado, piña a la espalda por el otro, la colisión tuvo un eco a cuero y hueso, y los separamos como pudimos dale loco no sean boludos que acá venimos a jugar.
Fue ese el punto de inflexión, algo había cambiado. Se trababa fuerte, se discutían las jugadas la pelota no se fue completa, se decía tres, se anotaba cuatro, andá a leer el reglamento, y se peleaba por cinco. Ganamos, juntamos las cosas en silencio y nos fuimos rápido.
A la siguiente semana, Lucas me dijo que se bajaba porque salía tarde de la facultad o no se qué chamuyo metió, pero me preguntó si tenía alguien para reemplazarlo. Pensé en Javi, que fue jugador de Vélez y si bien estaba venido a menos, se banca jugar duro y no le jode la presión de ser competitivo. Ya estábamos por arrancar cuando me dí cuenta que el Rabona también había pegado faltazo y en su lugar, el de la patada en el muslo llevó a un colorado canchero que ni saludó. Y ahí me cayó la ficha: Javi y yo, contra el resto del mundo. Me vi rodeado de caras apenas conocidas, y para colmo el partido era chivo.
En una jugada rara a Javi lo marcan entre varios, y no se cómo hace pero la pisa, levanta la cabeza, parece que se va contra el lateral y no... y me filtra un pase tan certero que me deja solo contra el arquero. Lo gambeteé con más suerte que técnica y cuando quedo con el arco de frente... todo para mí... ¡siento el tirón de la camiseta!.
El colorado me agarró de atrás y me encajó una patada que todavía me duele. Pantalla en negro. No llegué a definir, mi viejo. Gritos, amontonamiento, puteadas y penal.
Seguían discutiendo cuando les dije me jode el tobillo, voy al baño a refrescarme y lo pateo. Salí de la cancha, crucé el buffet donde un pibito de rulos que jugaba al metegol se me quedó mirando (¡la bronca que debía tener yo!) y rengueando, gané la calle para siempre.
Hace rato que no se nada de Javi. Pero por eso te decía lo de la simetría. Ni bien me lo cruce seguro me va a querer contar de sus nuevos compañeros de fútbol.
Los de los miércoles a las nueve en el Club La Reja.
********************
BONUS. Háganle caso al Beto:
Y ya que está, definanle así a Boca, o asá a River
Es el amanecer, otoño, en el sudoeste del Conurbano bonaerense. Un cambio de rutina arroja un encuentro casual en la neblina. Vistas a una distancia prudencial son tres las siluetas. El personaje central (centro también de la conversación) lleva una correa al lomo y anda a cuatro patas. Los otros dos, desgarbados, dialogan.
El Loco Estrambótico: (señalando al cuadrúpedo) ¿Cómo se llama?
Frodo: Pepe
El Loco -a partir de acá Chester*- (tuerce la boca en una mueca casi imposible e impostando la voz hacia un falsete de castrati consagrado grita en el silencio del barrio): ¡José! ¡Maldita sea! ¿por qué?... ¡Este nombre se da de patadas con mi ego!
El personaje central queda alerta, a punto de ladrar. Es la primera vez que se topa con un bípedo con trastornos semejantes.
Chester: (cabeceando, como siguiendo el movimiento de un balero invisible) Son los que usaba Luis XIII para cazar liebres y ardillas.
Fr: Debió ser Enrique VII o Carlos I, alguno de Inglaterra.
Ch (seco): Luis XIII. Francia.
El trinar de algunos zorzales en el silencio del barrio denotó que estaba por asomar el sol.
Ch: Estos son perros con problemas existenciales tan franceses como los de Sartre o Foucault... o Édith Piaf (chasqueando la lengua, para marcar una elipsis temporal). Sino fijate Snoopy cómo se preguntaba ¿Qué carajo hago acá? ¿Para qué? (deja unos segundos de silencio, mide para ver si dejó relegado a su interlocutor). Y claro, Schulz también tuvo razones para carajear, fue perseguido por el Macartismo como su amigo... (se queda mirando el celeste, por un buraco que se abría más allá de la neblina) ¿Cómo se llamaba su amigo?... ese de la armónica (se lleva las dos manos a la boca, una cerrada en un puño la otra abierta, y comienza un gesto de vibrato blusero frenético)
Fr: ¿Dylan?
Ch: ¡No!
Fr: Mmm... ¿Adler?
....
Ch (aplaude desaforado y grita) ¡Sí Señor! Vuelan zorzales desde varios árboles. Un eco lejano parece devolverle el último aplauso. Ch: (nota que el terreno es fértil para continuar sembrando): ¡Adler! ¡Sí señor!... ¡Joe Adler! Ni Schulz, ni Adler, ni siquiera Huxley se imaginaban este presente que vivimos hoy. ¡Qué se van a imaginar este desastre!
Fr: Me encanta Huxley, pero me gusta más 1984 de Georg...
Fue como un disparo de largada. Como si ya conociera lo que se venía y escapaba o tal vez un silbato sólo audible para locos sonó. De repente inició una carrera de cien metros llanos, y entre una neblina suave, ganó la esquina y se perdió.
Fr: (susurrándole al perro) El mundo está lleno de locos, chabón.
(Y vuelve a su casa repasando mentalmente los nombres de los seis Chiflados):
Joe
Curly
Moe
Shemp
...
¡Larry!... Larry Adler.
***************
Una teoría plantea que el nombre de la raza beagle proviene de la palabra francesa becguele que significa algo así como "garganta abierta" debido a su fuerte ladrido, y que el antepasado directo del beagle pudo haber sido introducido en Inglaterra por el normando Guillermo el Conquistador.
Tal vez El Loco tuviere razón.
*Por si lo ven, este es el perfecto identikit del Loco:
Soñaba que sin aviso previo daban de baja su sitio, se despertó sobresaltado. Abrió su página, la contraseña no funcionaba. Luego de varios intentos fallidos logró entrar (larevolucionesunsueñoeterno) y allí se encontró con la imagen de sí mismo durmiendo... Soñaba que sin aviso previo daban de baja su sitio.
¡Pero había algo más!
Una carta...
Frodo, mi viejo amigo: si estás leyendo esto es porque has sorteado los 9 años luz que nos separan desde mi prisión. Este mensaje viaja desde el pasado para devolverte dos pares y medio de reliquias refritas olvidadas(y no lo digo yo, lo dicen Las Sras. Estadísticas)
1 - Libro o saga favorita Adán Buenosayres de Leopoldo Marechal. Son tres días en la vida de Adán pero lo tiene todo: barrio, filosofía, teología, mitología, política, arte, personajes variopintos de la Buenos Aires tanguera, sainete y por supuesto literatura y poesía. 2 - ¿Qué clase de género es el mejor para ti?
¿Solo uno? Vamos con… novela histórica, aprovechando que estoy leyendo "Yo, Claudio" de Robert Graves. Una autobiografía novelada del emperador Claudio (o de todo el Imperio Romano). 3 - Personaje principal que no fue del todo bueno La pregunta es engañosa. Sospecho que se refiere a bueno en tanto que interesante. Recuerdo la sensación que me causó Winston Smith, el personaje principal de 1984, la novela de Orwell. Al que me daban ganas de gritarle "¡dale, reaccioná hermano!"... aunque ahora que lo pienso y teniendo en cuenta el clima de la obra y el momento personal en que la escribió su autor, no está tan mal.
5 - Un libro que nunca superaste
El Ulises de Joyce, estuvo en mi biblioteca esperando revancha, vaya uno a saber dónde fue a parar. Creo que llegué a la página 20 y supe que no era el momento.
6 - A qué personaje te gustaría tener de mejor amigo o
novio
No es un tipo muy recomendable pero por eso mismo, de amigo: a Augusto Remo Erdosain de Los Siete Locos.
7 - El peor libro que hayas leído
¿Solo uno? Porque son muchos, pero si tengo que elegir alguno que haya leído hasta el punto final tan sólo para confirmar lo malo que es. Vamos con… (y acá me gano a todos los políticamente correctos)... "Mi Lucha" de Hitler. Escrito con errores conceptuales garrafales, con ideas revolucionarias en cuanto a propaganda. Para ser estudiado, por lo malo y su alcance. 8 - Clásico favorito
¿Solo uno? Vamos con… Moby Dick
9 - La mejor saga o libro de vampiros, lobos o brujas.
10 - ¿Con qué personaje te identificas?
¿Solo uno? como a Adán ya lo mencioné vamos con…Horacio Oliveira de Rayuela. Un tipo al que le gustan muchas cosas, pero no es experto en nada. Que vive en una búsqueda constante y "tiene la sensación de llevar en el bolsillo lo que anda buscando". 11 - El peor género, ¿por qué?
¿Solo uno? Vamos con… Las fábulas o las novelas didácticas. La única moraleja posible
debe ser no dejar moralejas.
Es momento de pasar la antorcha y la idea es no repetir personaje, así que todo aquel que tampoco sea elegido en esta segunda (hoy voy a apuntar a los más interesados en literatura o libros) recuerde que no hay dos sin tres. En esta carrera de relevos entrego la posta a mano cambiada a los amigos...
Sólo deben responder esas preguntas, mencionar esta página, y pasar la posta a otros. Pero como son verdaderos revolucionarios, probablemente se rebelen y no me den un carajo de bola.
Luciano Sívori, escritor y dueño del blog Viajar Leyendo: críticas express , tan interesante como variopinto, me envío muy amablemente su segunda novela editada, "El Alma Dividida". Luego de leerla necesitaba hacerle algunas preguntas. Acá van: *Por tu blog fui
sabiendo de tu viaje a España. ¿Cómo llegaste a editar en Cuanto Te Quiero?
¿Cómo fue tu experiencia en el concurso “Vuela La Cometa”?
Cuando empecé a sentirme un poco más confiado con
mis escritos, comencé a probarme en concursos literarios. Hay de todo, los hay
chiquitos, más grandes, con premios monetarios o no, con envío por carta o por
e-mail, locales, internacionales. Lo cierto es que probé un poquito con cada
uno y me sorprendí al darme cuenta que estaba ganando premios por algunos cuentos.
El paso siguiente, y lógico, fue enviar mi segunda novela, “El Alma Dividida”. La primera ("Un Verano para Recordar") la había publicado con muchísimo
esfuerzo con una editorial local (EdiUNS, Bahía Blanca), y quería que la
segunda pudiera tener un poco más de impacto y difusión.
A “El Alma Dividida” la presenté en varios
concursos, incluyendo algunos grandes como Planeta o Clarín. Un día me llamaron
los organizadores de “Vuela la Cometa”, un concurso internacional en Tarragona,
España. Mi novela era finalista con otras dos. Si quería, podía viajar al
evento y me pagarían el avión y el hotel. ¿Cómo no hacerlo?
En el evento conocí a muchísima gente y pasé una
noche de nervios porque el ganador del primer premio (2.000 euros +
publicación) se anunciaba al final de la noche y por un sistema de puntajes.
Finalmente mi novela quedó segunda. Sin embargo, almorzando con los
organizadores esa noche (que también llevan adelante la editorial “Cuanto te
quiero”) me dijeron que mi novela les había gustado mucho y que, de todas
formas, querían publicarla.
Así que tuvimos algunos intercambios de e-mails
para revisar algunas cuestiones de estilo y forma y finalmente salió publicada.
La experiencia en Tarragona fue increíble. Viajé
solo, hablé con muchísimas personas, conocí historias de vida y finalmente me
llevé algo con lo que sólo todos los escritores sueñan: ver su obra en papel,
en las estanterías, publicada y disponible para todo el mundo.
*Lo primero que sentí al leerla es una
descentralización geográfica, un continuo viaje que, supongo, tiene mucho que
ver con tu lugar en el mundo, ¿donde vivís? ¿Dónde viviste? ¿En qué lugar te
criaste?
Sí, los viajes son un motivo fundamental en mis
novelas y también lo son en mi vida. Mi primera novela (“Un verano para
recordar”) ocurre en Puerto Madryn y en Neuquén. Esta segunda: en Necochea y en
Neuquén. La tercera, que terminé de escribir y estoy editando, tiene lugar
tanto en Bahía Blanca como en los refugios de montaña de El Bolsón. Hasta ahora
viene siendo mi obra favorita y le tengo fe.
Vivo en Bahía Blanca desde que me vine a estudiar
en la universidad en el 2006. Sin embargo, soy de Neuquén. Viví todo un año en
Panamá, donde trabajé 6-7 meses en el país y otros 2-3 meses viajé por
Centroamérica.
Si mi vida hubiese tomado otro rumbo (es decir: si
no hubiera conocido a mi mujer, a quien amo, y hubiésemos formado una familia)
probablemente seguiría vagando por el mundo. En enero me voy solo a conocer el
norte argentino. Por más que me sea cada vez más difícil, quiero seguir
viajando en la medida de lo posible.
En la novela aprovecho la temática del viaje para
hablar de otras cosas, esta idea de encontrarse a sí mismo, del retorno al
hogar, el viaje como pasaje de la niñez a la adultez, como escape, como salida
de la zona de confort. Siempre escucho la gente que dice “amo viajar”. En
realidad, aman estar en otro lugar fuera de su lugar. El viaje en sí, el
transitar rutas, pasar horas arriba de autos, colectivos, aviones, el traslado
en sí mismo, a nadie le gusta. A mí sí, me encanta. Son oportunidades únicas
para encontrarse a solas con uno mismo, para leer sin distracciones, sin
tecnología, con el paisaje del mundo como testigo.
*Conociéndote por este medio, se que en la
novela no hay demasiado de autobiográfico, al menos no directamente, pero
algunos detalles o huellas de vivencias propias vas dejando ¿qué porcentaje de
autobiografía o tal vez de personajes cercanos a vos tiene el libro?
Una vez escuché que Stephen King comentaba que uno
comienza escribiendo su propia vida en los libros, disfrazada, claro. Y que
luego se va separando de esos elementos personales a medida que progresa. Yo no
sé qué tanto me pude separar, porque mis novelas siguen teniendo un componente
autobiográfico fuerte.
La primera novela era mucho más personal, pero “El
Alma Dividida” tiene mucho de mí también. En algún punto, Alberto Arias es el
alter-ego de algo que me gustaría haber sido. Yo toco la guitarra, tengo gustos
musicales similares, soy muy reflexivo como él, soy de Neuquén, viajé por el
mundo, etc. Incluso, algunas de sus anécdotas me pasaron a mí (como una que se
menciona en el segundo capítulo respecto a una flaca que era una histérica,
llorona, y me fui dejándola plantada).
Sin embargo, sí, como decís vos, esta novela no se
caracteriza tanto por tener huellas de mis vivencias. Si tuviera que tirar un
%, está más cerca del 10% que del 90%.
*Hay mucho de misterio, de policiales, de
cine negro y series urbanas, hay algo de libros de aventuras… ¿Cómo definirías
al libro?
Me gusta pensarlo como un drama con toques de
policial negro. La parte policial comienza a hacerse evidente cuando el libro
llega a la mitad y aparecen los verdaderos villanos de la historia. Pero sí,
como decís vos, hay una mixtura importante.
Existe un misterio, hay aventuras, hay drama
psicológico. Una vez un compañero escritor, con muchas más experiencia que yo,
me dio un consejo invaluable que me guardo siempre. Me dijo: “Escribí de
aquello de lo que te gustaría experimentar a vos mismo como lector”. Parece
sencillo, pero tiene mucho de verdad. Yo soy mi primer lector, y quiero
engancharme, sorprenderme con mis propios escritos. Por eso escribo suspenso,
policiales, misterio, aventuras. Son los géneros que yo mismo sigo a nivel
lector.
Al respecto, amo la ciencia ficción también, y
tengo cuentitos del género, pero no me animé a llevar adelante una novela de
sci-fi todavía. El género tiene sus reglas y es muy difícil. Todavía le tengo
un poco de miedo.
*Las influencias literarias directas de “El
Alma…” las encuentro en el Dr. Jekyll de
Stevenson pero también en el Dostoievski de El Doble, Los Hermanos Karamazov o
Los Demonios. Incluso una de las frases que más me impactó –“A veces me siento
como si tuviera un par de lobos peleando dentro de mi corazón…”- pareciera de
Fiodor. ¿Qué otras influencias podés
mencionar?
Sí, totalmente. La influencia de Stevenson es
demasiado evidente, motivo por el cual quise mencionarla directamente en la
novela. La psicóloga le hace leer el libro al protagonista y se refiere
directamente a la similitud de su situación. Creo que es la piedra fundacional
de cualquier historia con doble personalidades. Leí a Dostoievski (Los Hermanos
Karamazov es eterna, y muy disfrutable) pero me sorprendiste con esa
referencia porque no lo tuve presente nunca.
Creo que el escritor es una bolsa de sus propias
experiencias, sus lecturas, sus intereses. Es claro que en “El Alma Dividida”
metí un poco de todo eso. Hay algunas escenas que las escribí con Tarantino en
mente, por ejemplo todo el capítulo en el taller del padre de Alberto. Como
intertextualidad también está la idea de Odiseo, el héroe griego, y mi hermano
Tomás destacó que la trama le recordaba mucho a una película con Kevin Costner
(Mr. Brooks. Yo la vi, pero no la tuve en mente tampoco, ¡por lo menos no a
nivel consciente!).
A mí me gusta creer que hay algo del maestro King
en el relato, especialmente en relación a Beta, cómo acosa al protagonista, sus
apariciones fantasmales. Sin duda es el elemento más sobrenatural de la
historia, y en algún punto me sonaba también al payaso Pennywise de IT.
El tema del alcoholismo en el padre de Alberto es
también una referencia directa a King, quien sabemos escribió muchas de sus
novelas hablando secretamente sobre su problema. Algunos de los pensamientos de
Lucio son muy parecidos a las experiencias con el alcohol que cuenta King en su
autobiografía “Mientras escribo” (por ejemplo, la idea de desesperarse cuando,
en un restaurant, veía que un tipo no se estaba terminando su vino).
*La filosofía, sociología y la psicología tampoco
escapan entre las inquietudes del libro. Hay mucho existencialismo y algo del
eterno retorno. Las inquietudes de tu personaje Alberto (lo voy a afirmar yo
que suelo visitar tu blog) son inquietudes constantes en tu vida. ¿Cuáles son
tus principales inquietudes, tus gustos, tus “vicios”? ¿Cómo es el Mundo de
Luciano?
Sí, absolutamente hay algo nietzscheano en “El Alma
Dividida”. Si bien no puedo considerarla una novela filosófica, varias
temáticas empapan a la trama. Yo soy una persona que se cuestiona mucho todo,
pienso (flasheo, si querés) mucho en mi existencia. Me gusta hacerme preguntas
más que buscar responderlas y soy muy inquieto internamente (en mi mente) como
por fuera. Mi cerebro está siempre acelerado, incluso cuando duermo.
Mis gustos y vicios son varios. La gran mayoría los
fui plasmando en el blog: animé, viajes, cine, literatura, filosofía, cómics
(Batman, por sobre todo), videojuegos (retro, por sobre todo). Escucho mucha música en inglés y canto
fuerte frente a todos, aunque moleste y, aunque no se transmita directamente en
el blog, más antisocial que social. Es decir: no tengo problema en hablar de lo
que sea con cualquiera, pero si me aburrís con tu charla, me voy. Me aburro
fácil, de hecho. Prefiero estar solo (la paso muy bien conmigo mismo) que
rodeado de gente que no me interesa en lo más mínimo. Tiendo a lo pragmático.
Estoy en contra de la psicología. Me considero apolítico y no creo en Dios.
Rara vez leo las noticias. Vivo, si se quiere, en un mundo de burbuja más que
la persona promedio (en esto tengo muchas similitudes con Alberto). Igual que
Alberto, soy bastante nostálgico. Muchas veces me encuentro a mí mismo
rememorando el pasado, preguntándome qué fue de los días en los que tenía más
amigos, más historias, más aventuras. Soy más racional que emocional, río
muchísimo más de lo que lloro, pero pienso mucho más de lo que hago realmente.
Mi mundo es volátil, en constante conflicto con
lo que soy y lo que quiero ser. Sé que
estoy cada día más cerca de la persona en la que me quiero convertir (me
interesa mucho la docencia universitaria –soy docente de dos materias de
Ingeniería Industrial, ah, porque soy Ingeniero Industrial, jaja). Me gustaría
poder vivir de la literatura. Quiero tener más tiempo para estar con mi hijo,
para poder jugar videojuegos, para poder viajar. Quiero poder vivir con menos
plata, pero que al mismo tiempo no me falte nada. Hay días que quiero tirar a
la mierda mi laburo de oficina de 8 a 5, pero también lo agradezco porque me da
cierta estabilidad económica.
En fin, como ves, soy un manojo de nervios, de
tensiones internas. Supongo que todos somos un poco así. El blog, en algún
punto, es una de mis tantas válvulas de escape. Un espacio donde puedo ser yo
mismo, escribiendo de lo que quiero, compartiendo lo que me interesa.
*Otra cuestión fundamental de tus personajes
y situaciones es la mención de música, incluso hay un planteo filosófico acerca
de la importancia del silencio o las pausas. Por ahí andan Pink Floyd, Red hot…
No son elecciones casuales ¿cierto?
¡Bien ahí con esto! Ya son varios los que leyeron
la novela e identificaron un leitmotiv como el silencio vs. la música. Por
ejemplo, Alberto escucha mucha música para tapar las voces en su cabeza, Beta
es una segunda personalidad insufrible que se la pasa diciendo chistes de mal
gusto y malas palabras. (Ahora veo que hay una similitud importante con la peli
“Baby Driver” de Edgar Wright, pero che, ¡mi novela fue primero!)
Yo lo identifiqué sólo mucho después, cuando hacía
revisiones. Soy de los que creen que uno tiene que ir escribiendo y los
simbolismos van a ir llegando solos. Para mencionar de nuevo a King, un maestro
para mí aunque él no lo sepa, él decía que se dio cuenta que había colocado un
simbolismo importante con el color rojo en “Carrie” cuando su editor se lo
mencionó. Son procesos inconscientes. Acá me pasó igual.
No hay elecciones casuales ahí. Todos los temas que
se mencionan estuvieron pensados. Yo soy de imaginarme la novela como una película,
y las escenas donde mencioné temas, las musicalicé inmediatamente. Por ejemplo, la escena en la que entran los
malos y Beta le pide un tema a Alberto, un tema “adecuado”. Finalmente van con Paint it Black (“I see a red
door and I want to paint it black…”). Capítulos después, Alberto encuentra a su hermano detrás de una puerta
roja. Cuestiones así abundan en la historia.
Y
sí, todos los temas son míos también. Música que me encanta.
*¿Qué canción recomendás para que suene luego
de esta pregunta? ¿Sympathy for the Devil? ¿Alguna de Blood Sugar Sex Magic?
Emmm…
vamos con una que es de mis temas de cabecera para viajes en auto, y que va muy
bien con la novela: “Carry on wayward son”, de Kansas.
*¿Cómo te sentís ahora con “El Alma
Dividida”, publicada? ¿Qué reacciones recibiste de los lectores?
Mirá, es una sensación rara. Por un lado estoy
feliz sabiendo que la novela puede adquirirse en papel. Aunque, por otro, la
novela se editó en España, y es allá adonde se distribuye. Yo tengo algunas copias
que me mandó la editorial, pero lo cierto es que es una novela muy argentina y
mis amigos, familiares o lectores argentinos no pueden tenerla fácilmente.
Estamos hablando con la editorial para ver qué
posibilidades existen de traerla acá. Todo depende de cómo le vaya allá.
También me da un poco de desconfianza el hecho de que la editorial es muy
nueva, muy “novata”, si se quiere. Le han puesto mucho corazón a la
publicación, pero les falta impulso para saber cómo llevarla. La distancia no
ayuda.
Reseñas oficiales en blogs o medios todavía no he
tenido la suerte de recibir (quizás seas de los primeros). Yo envié una copia a
algunos blogueros amigos y le pedí a la editorial que envíe copias a algunos
blogs de reseñas literarias que sigo en España. Aún no he tenido la fortuna de
leer algo respecto a mi obra.
Sí, a nivel informal, gustó mucho, por suerte.
No es una historia perfecta, pero creo que toca
algunos temas contemporáneos fuertes, es una aventura llevadera y tiene buenos
momentos de acción y suspenso. Es una novela que yo leería y disfrutaría, y los
lectores me han dicho eso mismo también. Obviamente que a mis amigos y
familiares les encantó, pero ese tipo de críticas nunca me terminan de llenar
porque es medio obvio que van a decir eso, jajaja.
*¿Qué escritores contemporáneos recomendás?
La cuestión es qué considerar “contemporáneos”,
jaja. Yo leo mucho y muy variado. Eso queda evidenciado en el blog, donde mis
reseñas literarias puentean entre varios géneros. El problema es que no tiendo
a leer a un solo escritor de forma violenta. Es raro que lea más de dos obras
de un mismo autor en un periodo corto de tiempo. Hay gente que se copa con
Murakami y se lee todos sus libros. Yo leí dos hasta ahora, y me gustaron
bastante. Estoy por comenzar otro.
Quedo re pesado, pero King sigue siendo un escritor
fuerte, y quizás el más importante de nuestra época. Me gustó mucho, por
ejemplo, su novela “Joyland”. Este es el segundo año que leo una de “La Torre
Oscura”. En enero creo que encaro la tercera parte. Stephen King es el autor
que más leí, sin duda, unas ocho, nueve o diez novelas…
Hace poco tuve la posibilidad de leer “Madagascar”,
del argentino Luis Benítez, y la disfruté un montón. Desconozco el resto de su
obra, pero ésta es una aventura de piratas que te lleva de vuelta a la
infancia, a historias como “Un capitán de quince años” y “La Isla del Tesoro”.
Todavía no leí algo de Mariano Pereyra que no sea
maravilloso. Es un escritor argentino. En el blog reseñé una antología de
cuentos hermosa y su novela “Escorpio”.
En el ámbito local –de nuevo, no sé si
considerarlos contemporáneos– tengo un cariño especial por Bioy Casares, quizás
el escritor con la bibliografía más perfecta, César Aira (genio total), Manuel
Peyrou (un escritor argentino fascinante que la historia parece haber olvidado)
y Cortázar. Me gusta Borges, claro, pero no lo tengo en un pedestal como la
mayoría.
Por último, te menciono a Kurt Vonnegut. Su novela
“Cuna de Gato” me voló la cabeza, y según he leído, toda su obra es impresionante.
Quiero poder leer más de él.
*¿Se vendrá otra novela? ¿Cuáles son tus
próximos proyectos como escritor?
Se viene, se viene. No quiero dar muchos detalles
porque la estoy terminando de revisar y ya la mandé a algún que otro concurso.
Es una historia muy loca porque el protagonista es, ahora, una chica. En
general pongo a hombres de protagonistas, por lo que esta nueva novela fue un
desafío gigante. Nuevamente, los viajes tienen un rol fundamental. De nuevo, no
puedo dar muchos detalles (#misterio).
Ahora en diciembre se publica “The Final Analysis”,
un cuento policial mío, en la revista Ellery Queen Mistery Magazine. Esta es
otra historia loca, de esas que me ocurrieron gracias al blog. Resulta que en
esta nota hablé de uno de mis relatos favoritos de todos los tiempos:
“Invitación a un crimen”:
El autor, un tal Josh Pachter en EEUU, leyó la nota
y me agradeció mis palabras (habla bien castellano). Estuvimos intercambiando
e-mails y él me invitó a escribir para la EQMM. Tenía un cuento en mi cabeza,
que es el que le terminé presentando. La novedad fue que se convirtió en mi
primer relato escrito en inglés (si bien yo hablo bien inglés, Josh me ayudó
con la traducción, porque escribir literatura en inglés es otra cosa).
Finalmente, la EQMM me compró el relato, y ahora
finalmente se publica. Es un pasito chiquito, pero emocionante.
Luego tengo otras muchas historias escritas que
estoy queriendo publicar de algún modo. Me gustaría poder armar una antología
de cuentos para alguna editorial importante. Tengo suficientes textos para
hacer algo más o menos grande. Muchas de mis mejores historias (en mi opinión)
están guardadas en mi PC, a la espera de que algo les pase. El objetivo de
estos próximos meses es lograr hacer algo más con ellas.
En el medio sigo enviando cuentitos a concursos y
me llena de satisfacción saber que sigo ganando algún que otro premio. El
trabajo de escritor es muy solitario, y son estas cuestiones (ir a una entrega
de premios, ser reconocido como escritor, intercambiar experiencias con otros
del medio) las que vuelven al trabajo algo más social.
Justamente, este finde viajé a Necochea para
recibir un premio por una segunda mención de honor.
*¿Cómo puede adquirir "El Alma Dividida" quien esté leyendo
esto, de una manera diferente a la mía, y por lo que tanto te
agradezco?
Los que viven en España la tienen más fácil, porque
está disponible en muchas de las librerías más importantes del país. Sé que
también se puede pedir por Internet, en sitios como Amazon, Agapea, etc. La
otra opción es contactarse con la editorial (http://cuantotequiero.es/libros/el-alma-dividida/)
o conmigo a mi correo electrónico, y yo veo qué puedo hacer (lucianosivori@gmail.com)
Por ser aquella mi primera vez observé atento, y sé exactamente
cómo en un instante todo sucedió.
Solo observé. Y fue un hola buen día
a toda la sala, orejear a derecha e izquierda, voltear completo para encontrarme
con una pared de azulejos color mostaza desatinado que tenía un mísero almanaque
de propaganda, y volver con la incomodidad del que es observado por todos y no
sabe qué hacer. La sorpresa por la ausencia de máquina expendedora de números para
turnos, la espera.
Los experimentados (ahora lo sé) preguntan a voz en gola quién es el último, acomodando el orden
que se debe mantener. Aún con Pepito en mis brazos alguien me anotició que venía después
de Lennon. Y antes había llegado Rancho, Nicolito, Keeper, Colita, Jackie y Kimba
(que entraron juntos), India, Edmundo y la Micha.
Hacía calor en la sala, y el olor a lejía evidenciaba que
el local necesitaba ventilación. El noticiero en la pequeña TV era de
inclinación nazi sensacionalista, el tránsito en la calle era el típico de
viernes a la tarde, agitado. La cara de rope de la recepcionista nada
tenía que envidiarle a la sala, y un teléfono sonaba lejos.
Te digo que lo vi todo y fue un instante.
Un tipo de camisa a cuadros llegó con El Titán en una de sus manos e inició el
bardo. Vio la cantidad de pacientes y con cara de gil se tiró el lance y encaró
hacia los consultorios. Saltó la bronca.
Un morocho grandote que se jactaba de tener siete ovejeros junó
al cheronca de camisa a cuadros y le salió al cruce, hubo un empujón y el amague de un cabezazo
tucumano. La vieja por el susto pegó un grito agudo y las dos chicas con tatuajes de los Beatles trataron de mediar pero el que atiende en Niccolo se ve
que venía caldeado por la rutina y metió el primer tortazo. Un gordo con cara
de cliente molesto soltando la correa le saltó al cuello desde atrás pero antes
de que se diera cuenta recibió un carterazo en el lomo, volaron cosméticos, un
cepillo y tickets de peajes. Por el otro rincón una rubia cara de alcahueta discutía
con uno de bigotes con manchas de nicotina, el jubilado de la
biaba se puso de pie y sostenía del mameluco a un flaco con las manos resecas dispuestas a
golpear. La recepcionista agitaba los brazos. Vi una piña por allá y patadas más acá, anillos enredados en pelos, un
espejito roto en el suelo, hubo gritos.
Te juro que lo vi todo y fue tan solo un instante que no me dio
tiempo a nada.
Pepito tenía las orejas hacía atrás y miraba de reojo a Colita que, sumiso,
se había echado. La Micha ni se movió dentro de su litera. Nicolito se hizo una
bola en el rincón y un poco temblaba, al tiempo que Rancho jadeaba tras el
bozal y Lennon saltaba y se subía a uno de los asientos, porte atento. India movía el rabo
con docilidad. Keeper y Kimba no hicieron otra cosa que rascarse. Jackie aprovechó la correa suelta para olerle el
culo a Edmundo, y El Titán por suerte cayó parado.
Pantagruel es el primer libro de Rabelais sobre relatos de
gigantes escrito en el siglo XVI, el Gargantúa es el segundo. Aunque, siguiendo el orden cronológico de la trama suele leerse este
último antes que el primero, ya que Gargantúa es el padre de Pantagruel.
Del Pantagruel, me sorprendió la forma de manejar el lenguaje (supongo que en francés es mucho más interesante), la sátira, el humor, las puteadas, lo escatológico y fisiológico, y los tremendos banquetes que hasta el día de hoy se recuerdan con su nombre como adjetivo.
De su gran capítulo XIX acerca de otro personaje llamado Panurgo, que transcribo a continuación, voy a necesitar que se tomen unos
minutos de lectura atenta y espero comentarios al respecto a ver si me orientan, ya que a mí me generó
más dudas que certezas. Dejo unos dibujos explicativos que, lejos de aclarar parecen oscurecer.
Creo también que algún buen samaritano debe hacer un video explicando todo esto.
DE CÓMO PANURGO DEJÓ CORRIDO AL INGLÉS QUE ARGUMENTABA POR
SIGNOS
Entonces, asistiendo y escuchando todo el mundo en perfecto
silencio, el inglés levantó las dos manos al aire, bien alto, por separado,
cerrando las extremidades de los dedos en una forma que se llama en chinonés
culo de pollo, y golpeó las uñas de una mano con las de la otra cuatro veces.
Luego las abrió, y golpeó las palmas de las manos, la una contra la otra, con
un sonido estridente; después las juntó de nuevo como antes, las chocó dos
veces, y volvió a abrirlas cuatro veces. A continuación las volvió a poner
juntas y extendidas, la una cerca de la otra, como si estuviese rezando a Dios
devotamente.
🙌
🙏
Panurgo al punto levantó al aire la mano derecha y luego se
metió el pulgar de la misma en la ventana de la nariz del mismo lado, teniendo
los cuatro dedos extendidos y apretados en su orden, en línea paralela a la
arista de la nariz, cerrando totalmente el ojo izquierdo, y mirando de reojo
con el derecho, bajando profundamente la ceja y el párpado.
👃
😉
Luego levantó en alto la izquierda, apretando fuerte y
extendiendo los cuatro dedos y levantando el pulgar, y la mantenía en línea
correspondiendo exactamente a la posición de la derecha, con una distancia
entre ambas de un codo y medio. Hecho esto, con la misma posición bajó ambas
manos hacia la tierra, y finalmente las mantuvo en la mitad, como apuntando
directamente a la nariz del inglés.
-Y Mercurio – dijo el inglés.
En esto Panurgo lo interrumpió diciendo:
-¡Habéis hablado, máscara!.
Entonces el inglés hizo este signo: levantó la mano
izquierda bien abierta en alto, al aire; luego cerró en un puño sus cuatro
dedos, con el pulgar extendido apoyado en la aleta de la nariz. Acto seguido
levantó la derecha totalmente abierta y totalmente abierta la bajó, colocando
el pulgar en el lugar en que se plegaba el dedo meñique de la mano izquierda, y
movía lentamente en el aire los cuatro dedos de la misma. Luego al contrario
hizo con la derecha lo que había hecho con la izquierda, y con la izquierda lo
que había hecho con la derecha.
Panurgo, no extrañado de esto, tiró al aire su trismegista
bragueta con la izquierda, y con la derecha sacó de ella un trozo de costilla
bovina blanca y dos pedazos de madera con la misma forma, uno de ébano negro y
el otro de la madera de Brasil encarnado, y se los puso entre los dedos de la
misma en buena simetría, y chocándolos juntos, hacía un ruido como el que hacen
los leprosos en Bretaña con sus tablillas, aunque sonaba mejor y más armonioso;
y con la lengua contraída en la boca tarareaba alegremente, sin dejar de mirar
al inglés.
(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)
El inglés por esto no se asustó, levantando las dos manos al
aire, las mantuvo de tal forma que con los tres dedos mayores formó un puño
cerrado, y pasaba los pulgares entre los dedos índice y corazón , y mantenía los
dedos auriculares extendidos, presentándolos así a Panurgo, y luego los
acopló de modo que el pulgar derecho
tocaba el izquierdo y el meñique izquierdo tocaba el derecho.
Ante esto, Panurgo, sin decir palabra, levantó las manos e
hizo este signo. Con la mano izquierda unió la uña del dedo índice con la uña
del pulgar, formando en medio una especie de anillo, y con la mano derecha
formaba un puño cerrado con todos los d👀edos, excepto el índice, el cual metía y
sacaba varias veces entre los otros dos mencionados dedos de la mano izquierda,
luego extendió el dedo índice y corazón de la derecha, separándolos lo más
posible y dirigiéndolos hacia Taumasto,
luego ponía el pulgar de la mano
izquierda sobre el rabillo del ojo izquierdo, extendiendo toda la mano como un
ala de pájaro o una aleta de pez, y moviéndola muy graciosamente hacia aquí y
hacia allá, y lo mismo hacía con la mano derecha sobre el rabillo del ojo
derecho.
Taumasto empezó a palidecer y temblar, y le hizo este signo.
Con la mano derecha golpeó con el dedo cordial el músculo de
la palma de la mano que está bajo el pulgar, luego formó con el dedo índice de
la derecha un anillo semejante al de la izquierda, pero puso por debajo y no
por encima, como hacía Panurgo.
Entonces Panurgo golpea las manos, la uno contra la otra,
sopla en las palmas. Esto hecho, pone de nuevo el dedo índice de la mano
derecha en el anillo de la izquierda, sacándolo y metiéndolo varias veces.
Luego sacó la barbilla, mirando atentamente a Taumasto.
👏
La gente, que nada entendía de estos signos, comprendió bien
que con éste preguntaba a Taumasto, sin decir palabra, “¿Qué queréis decir con
esto?”.
De hecho, Taumasto, empezó a sudar la gota gorda, y parecía
totalmente un hombre sumido en una profunda reflexión. Luego se decidió y puso
todas las uñas de la mano izquierda contra las de la derecha, abriendo los
dedos en forma de semicírculos, y subía las manos todo lo que podía, al hacer
este signo.
😓
Entonces Panurgo se puso de repente el pulgar de la mano
derecha debajo de las mandíbulas y el auricular de la misma mano en el anillo
de la izquierda, y así hacía castañear los dientes muy melodiosamente, los de
abajo contra los de arriba.
😠
Taumasto, con gran esfuerzo, se levantó pero al levantarse
se tiró un gran pedo de panadero, pues lo gordo vino después, y meó muy
fuerte vinagre, y apestaba como todos los diablos; los asistentes empezaron a
taparse la nariz, porque él se ciscaba de ansiedad, entonces levantó la mano
derecha, cerrándola de tal manera que reunía la punta de todos los dedos
juntos, y se puso la mano izquierda abierta en el pecho.
🙋
👊
Al punto Panurgo sacó su larga bragueta con su copete y la
extendió un codo y medio; y la sostenía en el aire con la mano izquierda, y con
la derecha tomó su naranja, y tirándola al aire siete veces, a la octava la
escondió en el puño de la derecha, manteniéndola en alto muy quieto; luego
empezó a sacudir su hermosa bragueta, mostrándola a Taumasto.
(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)
Tras ello Taumasto empezó a hinchar las dos mejillas como un
gaitero y soplaba como si inflase una vejiga de cerdo.
A lo que Panurgo se puso un dedo de la mano izquierda en el
agujero del culo, y con la boca aspiraba el aire como cuando se comen ostras de
su concha, o cuando se sorbe la sopa,
(Nota del editor: representación censurada, no lo repitan en su casa)
hecho lo cual abrió un poco la boca y con
la palma de la mano derecha se golpeaba, produciendo así un gran ruido
profundo, como si viniese de la superficie del diafragma por la arteria de la
tráquea, y lo hizo dieciséis veces.
✋👄
Pero Taumasto seguía resoplando como una oca.
Entonces Panurgo se puso el dedo índice de la mano derecha
en la boca, apretándolo muy fuerte con los músculos de la boca, luego lo sacaba
y al sacarlo hacía un gran ruido, como cuando los niños tiran con una cerbatana
de saúco bellos pedazos de nabas; y lo hizo nueve veces.
👉👄
Entonces Taumasto exclamó:
-¡Ah señores, el gran secreto! ¡Ha metido la mano hasta el
codo!
Luego sacó un puñal que llevaba, sosteniéndolo con la punta
hacia abajo. En esto Panurgo tomó su larga bragueta, y la sacudía cuanto podía contra sus muslos;
luego se puso las dos manos unidas en
forma de peineta sobre la cabeza, sacando la lengua todo lo que podía, y
poniendo los ojos en blanco como una cabra moribunda.
🙆
-¡Ah, entiendo! – dijo Taumasto – pero, ¿qué? – haciendo un
signo en el que se ponía el mango del puñal contra el pecho y sobre la punta
ponía la palma de la mano, volviendo un poco los extremos de los dedos.
A lo que Panurgo bajó la cabeza del lado izquierdo y puso el
dedo corazón en la oreja derecha, elevando el pulgar hacia arriba.
Luego cruzó los
dos brazos sobre el pecho, tosiendo cinco veces, y a la quinta golpeando el
suelo con el pie derecho, después levantó el brazo izquierdo, y cerrando todos
los dedos en un puño, se puso el pulgar contra la frente, gopeándose con la
mano derecha seis veces el pecho.
🙇
🚶
✊
Pero Taumasto, no
contento con esto, se puso el pulgar de la mano izquierda en la punta de la
nariz, cerrando el resto de la mano.
Entonces Panurgo se puso los dos dedos de en medio a ambos
lados de la boca, estirándosela cuanto podía y mostrando todos sus dientes, y
con los dos pulgares se bajaba fuertemente los párpados, haciendo una mueca
bastante fea, según les parecía a los asistentes.
Entonces se puso de pie Taumasto, y quitándose el bonete de
la cabeza, dio las gracias a Panurgo en voz baja.