"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"

viernes, 22 de marzo de 2024

1 Samuel b

Desde hace meses vengo reflexionando de qué manera encarar estas páginas del Libro de Samuel en el que, por derechos territoriales, se matan entre Israelitas y Palestinos. Basta hoy con encender la tv, leer diarios o buscar en la red, para comprender que más allá del avance tecnológico no hemos cambiado demasiado en los últimos 3000 años.

Continuamos con un libro en cada mano: La Biblia propiamente dicha en la diestra, y la Guía Asimov para leer la misma en la siniestra.



El Tío Asimov nos dice que los autores bíblicos no podían permitirse el perder de vista el Arca que Israel había entregado en la guerra (ver episodio anterior), y dedicaron dos capítulos a rastrear su marcha por territorio filisteo.

5 1-12 Los filisteos tomaron el Arca de Dios y por cada pueblo que la llevaban la mano de Yavé se hizo pesada sobre los pobladores y contra sus dioses. Por esto dijeron a los jefes de los filisteos: «Devuelvan el Arca del Dios de Israel; que vuelva a su lugar y no nos haga morir a todos.» Los que no murieron fueron atacados de tumores y los gritos de angustia de cada ciudad llegaban hasta el cielo.

6 1-12. Los sacerdotes y adivinos filisteos dijeron: «Si quieren devolver el Arca, no se la devuelvan así no más. Hagan imágenes en oro de sus tumores y de los ratones que arruinan el país. Construyan una carreta y enyuguen a ella dos vacas. Pongan encima el Arca de Yavé y coloquen a su lado, en un cofre, las figuras de oro que le han ofrecido como reparación. Y fíjense: si toma el camino de su país, sepan que es el Dios de Israel quien nos ha causado esta gran calamidad; si no, sabremos que no ha sido su mano la que nos ha castigado y que todo esto nos ha pasado por casualidad.»

Así lo hicieron: Entonces las vacas stomaron por el camino hacia Israel. Las dejaron marchar.

El Arca dejó el territorio filisteo propiamente dicho y pasó a los límites de la tierra de Judá.



7 3-15 Entonces Samuel se dirigió al pueblo diciéndoles: «Si ustedes vuelven a Yavé con sinceridad, quiten de en medio los dioses extranjeros y los librará de los filisteos.»
Los filisteos lanzaron un nuevo ataque contra Israel. Pero la voz de Yavé resonó como un trueno, cundió el pánico entre ellos, y fueron vencidos por los hombres de Israel.
Las ciudades que habían tomado a los israelitas fueron devueltas y Samuel fue juez de Israel mientras vivió.

8 1-5 Cuando Samuel llegó a anciano, dejó a sus hijos como jueces de Israel. Pero no fueron igual que su padre. Buscaban el dinero, aceptaban regalos y violaban la justicia.
Se reunieron, pues, los jefes de Israel y le dijeron a Samuel: «Tú ya estás viejo y tus hijos no siguen tus ejemplos. Pues bien, danos un rey para que nos gobierne, como hacen los reyes en todos los países.»
21 Yavé dijo a Samuel: «Hazles caso y dales un rey.»

La historia que continuará es la historia del Rey Saúl ungido por Samuel…

miércoles, 6 de marzo de 2024

Mi Dios no juega dados, quizás

"Albert tachando la doble"
óleo sobre tela 80 x 50 cm




Algunos otros retratados anteriormente: 

Arturo Jauretche 

Fiodor Dostoievsky

Rodolfo Walsh