"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"
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sábado, 22 de junio de 2019

Piezas Musicales de Ajedrez

¿Películas sobre ajedrez?
La Diagonal del Loco... El Séptimo Sello... Pawn Sacrifice...

¿Chiste sobre ajedrez? 
Dicen que el mejor jugador de ajedrez de la historia fue Moisés, ya que Dios le dio tablas.

Pero... ¿creían que la entrada iría sobre algo así?:

Pues no, abrimos juego con tres piezas musicales de mi tierra:

Alfil... canción del flaco Spinetta

El Peón de La Chicana



O el adjetivado Caballo de Caballeros de La Quema

¿Tenés las piezas pero no tablero? 
Conozco un tipo que puede prestarte el suyo
y sabe quedarse quieto mientras se desarrolla la partida...
















Y vos, ¿cuántas piezas musicales acerca del juego conocés?

miércoles, 12 de julio de 2017

Jaque al Cine V

Retomo sección desdeñada. Hoy se enfrentan estos dos films:





Pawn Sacrifice me lo había mencionado el amigo Hugo, dueño y amo de un gran sitio que fue un arca repleta de interesantes discos a descargaren los comentarios de Jaque al Cine IV.
¿Volveremos Volveremos Huguito?

La película es la biografía de Bobby Fischer, con todas sus excentricidades, paranoias y falta de sociabilidad (en esto sería hermana de Mente Brillante o prima lejana de Código Enigma), pero por suerte se distancia haciendo foco en la preparación que tuvo Bobby para enfrentar al soviético Boris Spassky en la famosa contienda que se conoció como “Match del Siglo”, y que supuso una metáfora de la Guerra Fría. La partida fue presentada al mundo por la prensa como una contienda patriótica.


Es correcta, y sólo por eso, lo anticipo ahora, hoy va a ser la ganadora
Entretiene, da detalles biográficos e históricos, y aunque con algunos pequeños errores muestra bastante de ajedrez. Pero en este caso lo que gana del film es la actuación de Tobey Maguire (el de El Hombre Araña) en la piel de Fischer. Claro que físicamente no da con el personaje: es petiso, no tiene la cara flaca de Bobby Fischer, pero en movimiento demuestra que si no es al menos lo tiene bien estudiado.
Está bien secundado por Liev Schreiber como Spassky y se explica en los gestos de ambos el por qué la utilización de tantos primeros planos, es ahí donde radica la fuerza del film.
Hay muchos aciertos del director Edward Zwick: el manejo del sonido me gustó, también cuando desenfoca las escenas del juego desde un plano lejano simulando las filmaciones del match real del ´72, y algún logro interesante existe en que no haya caído tan solo en el drama, mezclando algunas pizcas de humor al asunto y varias jugadas de este duelo. 
La mejor de todas las partidas fue el juego 6, en la película dedican buena parte en torno a esta jugada, clave:


Dicen que tiene errores en cuanto a los instrumentos de época e inexactitudes históricas, pero hasta esas profundidades no llega el tanque de oxígeno del análisis frodiano.
Cuando hacen hincapié en la locura de Fischer caen en el cliché de presuponer que el jugador de ajedrez es indefectiblemente un maniático al estilo La defensa Luzhin (crítica que uds pueden adquirir aquí), y cuando viajan en el tiempo a la niñez de Bobby nos recuerda de inmediato En busca de Bobby Fischer (aquí) y las presiones a los niños prodigios. Ya hemos visto en Jaque al cine II que la película que mejor representa una contienda acerca de la Guerra Fría es la Gran Maestra La Diagonal del Loco, hasta hoy la mejor que he visto acerca de ajedrez.

Pawn suma un punto extra por su afiche, que me resulta de una síntesis conceptual excelente.

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Cruzamos al otro lado del tablero, y se pone negro.
Si hay algo que le faltó siempre a este sitio, y que se autocriticó, son las NO recomendaciones. Por lo general acá no se habla de lo que no gusta, lo gambeteamos para dejar atrás, para olvidar.  Saldaremos hoy un poco esa deuda con La Tabla de Flandes que es un bodrio de punta a punta. 

Cae en lugares comunes, es ingenua, infantil. Le falta misterio y cuando quiere jugar con el suspenso (que supongo que el libro tiene) es demasiado evidente. La mandás a espiar y toca el timbre.
La música hipnótica de tintes africanas hace su aparición cuando se le antoja, molesta.
El gitano con pinta californiana no encaja, es un actor tan admirable que espero no volver a cruzar en ninguna otra cinta, ni siquiera en una de las malas de Adam Sandler. Y encima que se hace el canchero le gana una partida ¡a un falso Dalí! 
Es mala la actuación del padre gay de la mina que intenta poner cara de yo no fui desde que aparece. La amiga regalada parece salida de un culebrón y el seductor sin escrúpulos no acompaña en esta aventura. El papel principal es de Kate Beckinsale, que se hace la niña Greenpeace restauradora culta sin tiempo para la depilación de axilas y que sólo llama nuestra atención cuando sale "en tarlipes". Su actuación es muy infantil, comiendo hinojos o lechuga por los barrios sórdidos y cayendo en trampas muy estúpidas que le van tendiendo. Nos pueden afirmar nuestros amigos catalanes si existen realmente esos escenarios allá.

Y qué decir de los grandes ataques de tos y asma del viejo –Alfred en algunas Batman- Tachame la doble, mi viejo.


Una de las cosas que se puede rescatar son las postales de Barcelona aunque pareciera que los escenarios fueron adquiridos en un puesto de venta de artículos turísticos, un documental barato.
Tal vez lo mejor, por fuera de la historia, es la imagen utilizada para representar el cuadro, que realmente parece una obra verdadera del Renacimiento y recuerda a las pinturas de Jan Van Eyck. Incluso creo que es mejor aún cómo se va convirtiendo la imagen pintada en movimiento a través del flashback… aunque todo esto nada tiene que ver con el ajedrez.
Pintura realizada para el film

Virgen del canciller Rolin (Jan van Eyck, 1435)

La "tabla" nos trae apenas el recuerdo de El séptimo Sello, y ese film es Gran Maestro.
Sin lugar a dudas me veo obligado a leer la novela de Arturo Pérez Reverte, creo no tener nada que perder, todo para sumar a este film caótico y para el olvido. El amigo cráneo Luciano realizó una crítica sobre el libro. Crítica con la que me topé preparando esta entrada. Como le dejé dicho ahí, blogger es un pañuelo.
Tal vez lo mejor es no ensuciar La Tabla de Arturo, habría que recordar el film en su título original para diferenciarlo: "Uncovered". Supongo que en el guión se perdió gran parte, y los actores y director Jim McBride (a quien tendré muy en cuenta para no caer en el error de ver otro film suyo) arruinaron lo que el guión pudo tener de interesante.


Pawn es la ganadora porque sabe administrar sus jugadas, y entre buenas decisiones y algún que otro gambito que Uncovered no tiene (por fuera de su línea argumental). Se lleva este match por atacar en algunas de sus escenas al igual que Fischer lo hacía con arrojo en sus agresivas jugadas contra sus rivales más conservadores. Como han dicho por ahí, “no será un jaque mate, pero se lleva la reina”. Uncovered se dedica tan solo a morfar peones, descuidando el rey, cual novato.

lunes, 25 de enero de 2016

Jaque al Cine IV

Retomo una sección que tenía un tanto abandonada. Se enfrentan dos películas de ajedrez, una partida en busca de Grandes Maestros del género.
Lamentablemente las dos de hoy no llegan a pelear un campeonato mundial, como si lo pueden hacer “El Séptimo sello” que ganó su partida acá, o “La Diagonal del Loco” que hizo lo propio aquí, aunque creo que hoy tenemos a un claro vencedor.



Con el film francés Joueuse (traducido como “La Jugadora de Ajedrez”) del año 2009, me llevé una grata sorpresa. Cuando empezó creí que iba a caer en todos los chlichés y lugares comunes de las películas malas de ajedrez e incluso también en las malas de emancipación femenina, pero sale airosa. Cae en algunas casillas obvias, pero no en todas.
Hélène (Sandrine Bonnaire) es una camarera de un hotel de Córcega, con una familia establecida y una vida rutinaria, y es a la vez señora de limpieza en la casa del gruñón Doctor Kröger (Kevin Kline). Luego de ver una sensual partida de ajedrez en una habitación del hotel, esta visión reveladora la llevará a intentar dejar el papel de mujer reservada y resignada a una vida mediocre y sin sobresaltos, y buscar una salida a través de la pasión que le genera el juego. Descubre un tablero de ajedrez en casa del doctor y le pide que le enseñe a jugar.

Así, de a poco, en forma cancina, la directora Carolina Bottaro (en este, su primer largometraje) nos va metiendo en una historia de placer sensual y elegancia, con un velo erótico en donde la frase emblema es que la Dama es la pieza más fuerte y que el ajedrez no es sólo cosa de hombres.
Está basado en una novela de Bertina Henrichs, y podría reprocharse que las jugadas no son importantes y no son presentadas con profundidad.

Frente al tablero cada uno va a ir modificando su personalidad, el altanero doctor se va a convertir en un apasionado maestro y ella va a ir rompiendo las reglas que le impone la familia y la vida en sociedad en el pequeño pueblo.
Me dirás. típica película donde los malos se convierten en buenos y los zonzos en piolas. Pero el ritmo, cómo está contada la historia es lo que vale.
Quizás lo mejor de la película es la actuación de Sandrine Bonnaire, pasando de un estado a otro en la personalidad de Hélène según la exigencia del libreto. Por momentos será la sometida y timorata esposa de Ange (Francis Renaud), y por otros una mujer capaz de un despertar intelectual que le permite ganar una competencia en un mundo machista. Acompaña en esto también la actuación de Kevin Kline, quien con pocas palabras lleva adelante la modificación rotunda de su personaje.

Los que buscan acción, se pegarán el embole de su vida: grandes silencios, ritmo pausado, suaves diálogos. Pero lo mejor es que gambetea el estereotipo y puedo decir que ha llegado a emocionarme. 



 La película alemana El jugador de ajedrez fue rodada en 1978 por Wolfgang Petersen, quien se destacó por películas de submarinos.
Trata de un experto informático, Thomas Rosemud (Bruno Ganz) que desarrolla un programa de ajedrez para vencer al Campeón Mundial, Igor Koruga (Ljuba Tadic). El problema reside en que en su niñez, los médicos le prohibieron jugar porque le provocaba crisis nerviosas que llegaban a estados esquizofrénicos en donde agredía y lastimaba al rival vencedor.
El duelo entre el campeón mundial y el programa informático es transmitido por TV y, al vencer el humano en apenas 17 jugadas, humilla frente a todos los espectadores no sólo al programa informático, sino a su programador. Tal es la humillación que éste decide volver a jugar y se prepara tanto como para lograr vengarse del Campeón Mundial, en un maratónico torneo. La película así, va cayendo en hechos reales de ajedrecistas famosos, hasta que Thomas consigue su ansiada venganza.
El problema va a ser al momento de decidirse por dar o no revancha al ex Campeón Mundial. Las crisis nerviosas volverán y  su declive mental lo llevará a tener problemas con su familia, su entrenador… y todos los lugares comunes en los que ya han caído otros filmes acerca del pequeño límite entre la genialidad y la locura.

El título original es “Schwarz und weiß wie Tage und Nächte” que vendría a ser algo así como “Negro y blanco como el día y la noche”. Pero algún cráneo decidió que en español no pegaba y fue cruelmente podado.
No fue concebido como un largometraje, sino como un telefilm que fue ganando su terreno desde la pantalla chica hacia la grande. Y como dijeron por algún otro blog, más allá de los principales a los otros actores los conocen en sus casas y quizás en la cervecería.
Es interesante que se haya anticipado en la temática al duelo Kasparov vs Deep Blue que se dio en los noventa. La música es llamativa, hipnótica. Más no pude rescatar.
El director, rodando filmes de ajedrez es un excelente director de películas de submarinos.




Claro vencedor (aunque sin lucirse) el film francés.


Por si les interesa, acá los duelos anteriores: 

sábado, 31 de mayo de 2014

Jaque al Cine III

Así como ya habíamos enfrentado a Jaque al asesino vs. Enbusca de Bobby Fischer, y también La Defensa de Luzhin vs La Diagonal del Loco; la partida de hoy es un viejo clásico de clásicos. Se cruzan dos películas claves del género cinematográfico y a la vez grandes representantes del juego de ajedrez.


Para no andar con muchas vueltas diremos que hay un claro vencedor y film candidato a jugar la final del mundo contra alguna otra película del género, esta es “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman. 
La otra, “La Fiebre del Ajedrez” (el título original en ruso es Shakhmatnaya Goryachka) no se queda atrás pero es tan solo un cortometraje que sirvió de propaganda a la Unión Soviética. Es una película muda de 1925 dirigida por Vsevolod Pudovkin, con guión de Nicolai Shpikovsky. Una de las primeras filmaciones sobre el juego de ajedrez y para analizarla hay que tener en cuenta la situación política y social rusa de entonces. Luego de la Revolución y con la Unión Soviética afianzada, el Torneo de Ajedrez en Moscú de 1925 (y este film) fueron un aparato de propaganda hacia el resto del planeta, ya que a éste asistieron los mejores jugadores de la época del mundo: el cubano Capablanca, el mexicano Carlos Torres, el yanqui Marshall, el austríaco Spielman, el checo Reti, el británico Yates; y no sé si hubo metida de uña o no, pero el campeón fue nada más y nada menos que el ruso Efim Bogoljubow, la mejor propaganda que el régimen bolchevique podían tener. Todo un éxito.
En resumen, este cortometraje nos muestra la popularidad del juego en ese país y la locura que desataba la celebración el torneo allí. Si bien es sencillo se destaca el montaje perfecto para la época y sobretodo el humor alocado sobre un tema que podía haber sido tomado muy en serio. Constantemente se muestra la locura del pueblo ruso por este deporte, y cómo los jugadores eran considerados estrellas, algo así como hoy pueden serlo jugadores de fútbol o actores de cine.
En el medio de una situación sentimental en que su mujer no soporta su obsesión por el juego, el personaje principal interpretado por Vladimir Fogel, estará lleno de dramatismo, humor y desenfreno. Suele jugar contra sí mismo, usa unas medias a cuadros negros y blancos, por momentos tendrá intentos de suicidio, y por otros saltos de clavadista hacia la nieve luego de ser expulsado de algún auto. El ajedrez es su vida, y en la calle lo encuentra en todos lados, sobre un carro, en pañuelos, en los diarios o en las baldosas de los edificios, hay una partida entre un policía y un ladrón e incluso a los transeúntes les llueve tableros de ajedrez. La confusión de un farmacéutico es casi el jaque de la película.
En cuanto a lo técnico tiene imágenes sorprendentes para la época, tomas en contrapicada donde se muestra solo partes del tablero y el movimiento de la pieza.
Aunque tiene un gran peor actor, el mismísimo Capablanca que aún siendo cubano en la Rusia de ese momento era considerado como un Beatle en EEUU en 1964. Capablanca tiene un papel sobre el final casi como un super héroe que viene a salvar al mundo, pero mientras se desarrolla la escena llena de dramatismo mirará a cámara casi como preguntándole al director si lo está haciendo bien (¿habrán repetido varias veces la escena o esta así como salió quedó?), lo que se dice: un genio.


Ahora si hablemos de “El Séptimo Sello”. Realizada en 1957 por Ingmar Bergman está basada en una obra teatral que el mismo director había escrito y titulado “Pintura sobre Tabla”. Había sido representada varias veces en teatros y en transmisiones radiales. Incluso había sido dirigida por Beng Ekerot, quien en el film tendrá el gran papel de la Muerte. Por eso el film está lleno de planeos y situaciones que parecieran remitir a una obra de teatro.
Es un clásico del cine y ayudó a Bergman a establecerse como uno de los directores más renombrados y contiene escenas icónicas y que han sido parodiadas y homenajeadas innumerable cantidad de veces. En su autobiografía Bergman habla sobre las dificultades con las que se topó para poder filmarla, tanto de salud y estados de ánimo como las dificultades económicas con las que se topó para producirla y por las cuales tuvo que reescribir el guión varias veces. El título hace referencia a un pasaje bíblico del Apocalipsis que se relatará al principio y al final del film.
Todas las escenas se filmaron en los interiores de un estudio de grabación, a excepción de las escenas del comienzo y del final que fueron filmadas en una pendiente rocosa de la playa de Escania. El blanco y negro acentúa las escenas impactantes de contrastes de luz y sombra, que recuerdan imágenes del expresionismo alemán, donde la sensibilidad de la Edad Media se representa en su mayor crudeza. Como curiosidad hay que decir que Bergman tuvo la idea del film a partir de pinturas medievales, en especial del pintor de iglesias medievales Albertus Pictor (o Alberto el Pintor), que además de aparecer en la película, vendría siendo una alegoría de lo que también estaba haciendo en ese momento Bergman, ya que lo que se verá en las pinturas aparecerá retratado en el film. Algo así como cuando Velazquez se pintó a si mismo dentro de la escena de Las Meninas. 

Y así es interesante analizar cómo el Ser Humano a lo largo de la Historia fue transitando diferentes miedos, en la era medieval se le temía tanto a la idea de la peste como en la época de la filmación se le temía a la idea de una guerra atómica, de la cual, para algunos, sólo Dios podía salvar al hombre.
La idea de Religión, Muerte, la Nada y el Amor cruzarán la película en forma constante y por momentos la pantalla se teñirá con escenas de humor negro muy interesantes para cortar con tanta seria erudición. Una película existencialista, densa y con diálogos complejos y dignos de los grandes teólogos o filósofos que se plantean el sentido de la vida, la necesidad de certeza, la Nada, la Muerte y el por qué del silencio de Dios.

Está ambientada en la Europa medieval, en la época de las cruzadas religiosas. Relata la historia de Antonius Block (Max Von Sydow) un caballero cruzado que está volviendo junto con un escudero a su pueblo natal en Suecia durante la época de la peste negra y que en su viaje de regreso es perseguido por La Muerte, el caballero le propone jugar una partida de ajedrez para así ganar tiempo y poder realizar algún acto que de sentido a su vida. En el camino encuentran a un grupo de cómicos ambulantes que tienen como principales actores justamente a una pareja llamados María y José. Éste último sufre alucinaciones del tipo religioso y cree ver constantemente a la Virgen. En el camino también encontrarán a una muchacha condenada a la hoguera por creerla bruja y motivo de las pestes que azotan la región. El escéptico filósofo y escudero, llamado Jöns (Gunnar Björnstrand) se verá inmiscuido en varias situaciones por su descreimiento de la fiebre religiosa, y salvará a una joven de una vejación, sumándola a la procesión que regresa a Suecia hacia un castillo en donde estarán a salvo de la peste. Jöns encarna el escepticismo crudo, vendría correspondiendo lo que Sancho Panza era para el Quijote, aunque en este caso mucho más mordaz y tajante en su descreimiento. En el camino también cruzarán una oscura y triste procesión de religiosos flagelándose y sufriendo para que su Dios termine con la peste. Se les unirá también un herrero que ha sido engañado por su esposa con uno de los cómicos. Este ecléctico grupo continuará su viaje y serán estos los personajes que le den otro aire al film, con algo de comedia, situaciones inocentes y más relajadas.

En todo el film La Partida de Ajedrez jugará un papel tangencial (lamentablemente no se mostrarán jugadas ni se jugará demasiado) pero importantísimo para la idea que completa el film, lo que dure el juego será la prórroga que tendrá Antonius antes de que la Muerte se lo lleve. Se sabe que el juego viajó a Europa proveniente de las Cruzadas y que de allí provienen los nombres de las piezas (alfil es “elefante” en árabe) y de las jugadas. Pero los Cruzados no solo llevaban consigo un simple juego, sino una tradición religiosa, filosófica y que encierra grandes secretos. Y todo esto lo muestra Bergman en su film.
En todo este camino La Muerte aparecerá para terminar con la partida. Por más que Antonius intenta engañarla, como es de suponer ella logrará su cometido. Aunque el final es todo suyo, digo, del que no la haya visto y quiera verla, acá el resumen de apariciones del juego.

Sólo diremos que en su biografía Bergman, hablando de los problemas económicos para filmarla, dice de la penúltima toma: “La imagen de la Danza macabra bajo el cielo nublado se logró a un ritmo frenético ya que la mayoría de los actores habían dado por terminado su día de labores. Asistentes, electricistas, un encargado del maquillaje y alrededor de dos pasantes de verano, los cuales ni siquiera sabían de que se trataba todo esto, tuvieron que interpretar el papel de los condenados. Una cámara sin sonido filmó la toma antes de que las nubes se disiparan".

El film Gran Maestro de esta oportunidad se encuentra completo en youtube incluso con excelente subtitulado castellano. JLO, un Amigo de la Casa, creador y mantenedor de Cuando el Arte Ataque ya lo había recomendado en un comentario en este blog. Síganle la corriente y veanla, no tiene desperdicio.

domingo, 9 de febrero de 2014

Jaque al Cine II

Como en Jaque al Cine I, estamos descubriendo las películas sobre Ajedrez que alcanzan el título de “Maestros” (o Grandes Maestros) hasta encontrar al “Campeón Mundial” del género.
En la partida de hoy tenemos en un rincón a La Defensa Luzhin (2001) y en el otro, la mal traducida Diagonal del Loco (1984).



La Defensa Luzhin fue dirigida por Marleen Gorris y es una adaptación de la novela La defensa de Nabokov, libro que debo leer pronto (lamentablemente después de haber visto el film, orden no recomendable). Destaca por pertenecer al subgénero que podríamos inaugurar en este preciso momento como Ajedrecístico-Romántica.
Alexander Luzhin, interpretado por John Turturro, es un personaje un tanto especial. Una niñez en Rusia desdichada y marcada por discusiones familiares, rechazo escolar, presiones, y en el medio el juego de ajedrez que se transforma en obsesión, convirtiéndolo en un Maestro del juego y a la vez en un inadaptado social. El film nos muestra un torneo celebrado en Italia en los años 20, donde debe jugar “el juego de su vida”, por partida doble: mientras tiene que vencer al campeón local Turati con todas las presiones que esto conlleva, debe luchar por su amor al conocer a Natalia Katkov (Emily Watson) y su reticente familia de la alta sociedad tana.
El enamoramiento está tratado casi en tono de comedia: el extravagante Alexander no sabe cómo tratarla, la vieja de ella no lo acepta, un pretendiente también de la alta anda revoloteando y en eso aparece el suegro, que es copado pero un tanto quedado. Para más presión aparece un antiguo profesor y tutor (haciendo las veces de “malo de la peli”) que buscará su derrota de la manera más absurda y sólo por celos. A mi juicio, el peor personaje del film, interpretado por Stuart Wilson, aunque compite con la horrenda actuación de Emily Watson. Hay mucha cursilería, eso sí.
Acá podemos ver una de las jugadas entre Alexander de niño contra su tutor.

Cabe destacar la escena en que Alexander comienza a perder confianza y Natalia le propone bailar al ritmo de una orquesta y se intercalan imágenes de la pareja en la cama y los movimientos bruscos del inexperto con los movimientos certeros de las jugadas de ajedrez, hasta culminar con una torre que se desliza de un lado a otro del tablero poniendo en jaque la partida en la cama, y un orgasmo en el tablero.

Buenas locaciones y ambientación que nos hacen creer lo que eran los torneos de la época. Lujosas mansiones con prolijos jardines, trenes del tiempo del ñaupa. El final puede llegar a sorprender, aunque es fiel al estilo Hollywoodense.
La historia no es real pero se dice que está basado en la vida de Von Bardeleben, Maestro de finales del Siglo XIX. Y lo que tiene de bueno este film es que se ven varias jugadas. Incluso sobre el final se da esa jugada polémica que Alexander trata de resolver y que, es una combinación de movimientos (no exacta) de una partida real, y que al parecer no tendría ya que las blancas estarían ahogadas. Acá van las posibilidades. Escucho nuevas resoluciones...


La Diagonal del Loco es una película francesa de 1984 dirigida por Richard Dembo que trata sobre un encuentro por el título mundial de ajedrez entre dos maestros soviéticos. La película es una parábola alegórica de la Guerra Fría retratada en el tablero de ajedrez, por un lado tenemos a un retador joven y promesa Pavius Fromm que es un disidente exiliado lituano, que vendría a representar al capitalismo burgués, y por el otro al sabio veterano y campeón mundial Akiva Liebskird, leal al régimen comunista de la URSS.
Las actitudes dentro del tablero se corresponden con sus diferentes ideologías políticas y su edad, y fuera se dan situaciones e incidentes de todo tipo: presencia de parasicólogos contratados para leer la mente, micrófonos escondidos y paranoias varias. Es la fuerza y el ímpetu del joven capitalismo versus el amor propio del comunismo por no querer verse acabado.
La traducción al español del título no es certera, ya que hay un juego de palabras en francés, la palabra “fou” además de “loco” significa “alfil”.
La película tiene un ritmo perfecto para la temática ajedrecística y además está inspirada (aunque un tanto exagerada) en el gran duelo entre Karpov y Korchnoi en 1978. Incluso hay otras tantas anécdotas entre legendarios jugadores, como el Juego del Siglo entre Spassky y Fischer, lo que para los fanáticos del deporte es un valor agregado.
Las mejores escenas se dan en los planos estáticos que encuadran perfectamente a los jugadores obnubilados por lo que sucede en el tablero y que luego de cada movida se clavan miradas mortíferas. Acá va la que me parece la mejor, con una jugada estupenda:

El final tiene mucho sentido, pero por ahora se los ahorro.


Merecedora de todos los premios que le otorgaron y aunque muchos opinan que es una de las ganadoras del Oscar menos digna de la historia, no tengo ninguna duda en afirmar que es una de las mejores películas sobre ajedrez y que es claramente la ganadora de la jornada.


sábado, 13 de julio de 2013

Jaque al Cine I

En esta nueva sección nos proponemos encontrar los filmes que han tratado el tema del ajedrez y ver cuáles son verdaderos íconos del deporte y cuáles serán tan sólo películas para pasar un par de horas. La idea es encontrar las que alcanzan el título de Maestro, Gran Maestro y por qué no Campeón Mundial de filmes del juego.

En la partida de hoy encontramos a dos películas de principios de los noventa: Jaque al asesino de 1992 y En busca de Bobby Fischer de 1993. Las analizaremos por separado y luego veremos qué tienen en común o en qué aspecto una aventaja a la otra para saber cuál es la triunfadora de esta jornada.


Jaque al asesino (o Knight Moves) es más un thriller que una película sobre ajedrez. Protagonizada por un apenas expresivo Christopher Lambert (la cara del afiche la mantendrá todo el film y supongo que toda su vida). Fue dirigida por el suizo-alemán Carl Schenkel.
Peter Sanderson (Lambert) es un campeón internacional que por una serie de coincidencias es el principal sospechoso en una serie de asesinatos. Al mismo tiempo que compite en el torneo tiene que ir descifrando los movimientos de ajedrez que guían al asesino para cometer sus crímenes; vía telefónica y en presencia de policías.

Hay apenas un misterio rescatable en la forma en que se mueve el asesino, jugando una partida de ajedrez con sus víctimas. Y creo que lo mejor es que cerca del desenlace el director juega con el público su propia partida “lanzándonos” un jaque y poniéndonos a prueba en la resolución del caso.
Lástima que el final sea tan previsible y absurdo, sin ninguna relación con el juego de ajedrez. Digno de una película de Jackie Chan.


En busca de Bobby Fischer se centra en la vida del ajedrecista Josh Waitzkin, más bien en su niñez. Su familia descubre por casualidad que tiene un don para el ajedrez y buscan incentivarlo contratando a un estricto profesor y haciéndolo participar en cuanto torneo exista. Lo que nos plantea el film ya desde el título es esa búsqueda norteamericana del sustituto de Bobby Fischer. ¿Hace falta presentarlo?... bueno, lo haré brevemente: aquel excéntrico y controvertido Campeón Mundial lleno de supersticiones y caprichos tanto dentro como fuera del tablero. La película va intercalando imágenes reales de Fischer y las relaciona con la vida del protagonista.

La exaltación de lo “estadounidense” recubre la película pero al menos hace una autocrítica de cómo en cada prodigio que aparece creen haber encontrado al “Nuevo Fischer” e intentan inculcarle lo agresivo de su juego dejando de lado el desarrollo propio del niño, enseñándole a ganar a cualquier precio en lugar de desarrollar sus intereses en busca de la felicidad. Entre estas dos posturas se encuentran sus dos maestros, el académico estricto y el que le enseña a jugar en el parque a pura garra y corazonada.
Si bien se centra en el juego de ajedrez la moraleja que nos deja es aplicable a cualquier competición como ya lo hemos visto, por ejemplo, en películas yanquis de boxeo. ¡Córtame la Dama y seguiré!
El reparto está repleto de caras conocidas: Ben Kingsley, Laurence Fishburne, Joe Mantengna, Joan Allen, David Paymer... Su director es Steven Zaillian.
Muy floja la banda sonora, es muy predecible y nos marca infantilmente el ritmo de cuándo y cómo emocionarnos.


En común, ambas tratan la relación de los niños con el ajedrez y los problemas que la obsesión y presión (propia o de familiares) puede causar a su vida. Jaque al asesino abre la partida con un flashback en blanco y negro recreando un juego entre dos menores que marcará su vida futura. A mi juicio la mejor escena de la película...


Lo que ambas películas tienen de malo es que caen en algunos de los preceptos del cine comercial. Si bien recrea cierto suspenso e incertidumbre que podían convertir a Jaque al asesino en un excelente film, se siguen demasiadas situaciones "pochocleras" y convencionalismos y lugares comunes del género policial. Una historia muy desaprovechada. Así mismo En busca… también presenta algunas situaciones propias del cine comercial y creo que el personaje del contrincante niño malo y el vagabundo sabelotodo del parque son demasiado trillados y de resoluciones previsibles. Y contiene escenas terriblemente infantiles, como cuando en medio de la competición encierran a los adultos.

Creo que la ganadora es En busca..., no por destacarse sino por ser la que comete menos errores burdos y además es la que muestra más situaciones con jugadas de ajedrez. La jugada de la partida final, por ejemplo es una demostración de por qué es la ganadora de hoy. Así se definió (aquel que no la vio y le interesa que raje de acá...el primer minuto no hay movimiento, pueden pensar la jugada o poner pausa, y tomarse un tiempo mayor para resolverlo:juegan las amarillas).

Pero tampoco creo que sea una película que pueda competir a nivel internacional y mucho menos que llegue al rango de Maestra.

Así que si piensan ver ambas películas, que sea un sábado a la tarde con un buen balde de pochoclos.  Yo seguiré buscando a “La película de ajedrez” en una próxima partida. Mate.