"También ríen en los charcos los inmundos renacuajos cuando rozan el plumaje de algún cóndor que cayó"

domingo, 13 de febrero de 2022

Dalila

 Sansón 3/3.  Dalila. 

Para vindicar a esta mujer (que según la versión oficial no se porta bien), y para tantas otras que son también denostadas en el Libro, le ponen voz: algunas de mis dalilas.


16  4-5 Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec llamada Dalila. Los jefes de los filisteos le dijeron a ésta:«Enamóralo y averigua de dónde saca tanta fuerza y cómo podríamos vencerlo y amarrarlo. Te daremos cada uno de nosotros mil cien monedas de plata. 


6-14 Entonces Dalila le preguntaba a Sansón de dónde sacaba esa fuerza tan grande y cómo podrían dominarlo. Sansón le contestaba con mentiras, maneras falsas de amarrarlo: cuerdas de arco, nuevas y todavía húmedas; siete cordeles nuevos trenzados, que nunca se hayan usado;  tejiendo las siete trenzas en la urdimbre de un telar, apretándolas con un peine. Ella lo adormecía y luego gritaba: «¡Aquí vienen los filisteos!» Pero Sansón se despertaba y rompía siempre las ataduras con su fuerza. 


15-17 Hasta que Dalila le dijo: «Tú dices que me amas, pero tu corazón no está conmigo. Pues por tres veces te burlaste de mí y no me confiesas de dónde te viene tanta fuerza.» Y como Dalila insistía y lo molestaba todos los días con sus preguntas, llegó un momento en que Sansón se sintió morir de hastío. Entonces le dijo la verdad: «Nunca me han cortado el pelo porque soy nazireo, consagrado a Dios. Si me cortaran el pelo perdería mi fuerza y sería como cualquier hombre.» 


18-21 Dalila adormeció a Sansón sobre sus rodillas y llamó a un hombre que le cortara las siete trenzas de su cabellera. Inmediatamente empezó a debilitarse y se le fue su fuerza. Cuando Dalila le gritó: «¡Sansón, los filisteos!», él despertó y pensó que se salvaría, como en las otras ocasiones. Pero no sabía que Yavé no estaba con él. Los filisteos le sacaron los ojos, lo ataron con dos cadenas de bronce y lo llevaron preso. 


22-25 La cabellera de Sansón comenzó a crecer en cuanto se la raparon. Los jefes de los filisteos se reunieron para ofrecer un gran sacrificio a su dios Dagón y para hacer una gran fiesta, y como todos se sentían alegres, dijeron: «Traigan a Sansón para que nos divierta.» Lo sacaron de la cárcel.


26.-30 Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano: «Guíame para que pueda tocar las columnas en las que descansa la casa y así consiga apoyarme en ellas.» La casa estaba llena de gente y también estaban allí todos los jefes de los filisteos y la terraza repleta. Sansón invocó a Yavé y exclamó: «Señor, dígnate acordarte de mí, devuélveme la fuerza para que de un golpe me vengue de los filisteos» Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa, se apoyó en ellas con su brazo derecho y con el izquierdo y gritó: «Muera yo con los filisteos.» Apretó con todas sus fuerzas y la casa se derrumbó sobre los jefes y sobre la gente allí reunida. Los que arrastró en su propia muerte fueron más que los que había matado en su vida. 


Esto viene de Sansón 1 y Sansón 2. Pero también de mucho atrás: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio