Nuevo hallazgo. Un recuerdo que me asaltó.
Del libro Historias de Cronopios y de Famas, de Julio Cortázar. Recorto lo que nos interesa aquí:
ETIQUETAS Y PRELACIONES
Bastará citar el caso de mi tía segunda. Visiblemente dotada de un trasero de imponentes dimensiones, jamás nos hubiéramos permitido ceder a la fácil tentación de los sobrenombres habituales; así, en vez de darle el apodo brutal de Ánfora Etrusca, estuvimos de acuerdo en el más decente y familiar de la Culona. Siempre procedemos con el mismo tacto, aunque nos ocurre tener que luchar con los vecinos y amigos que insisten en los motes tradicionales. A mi primo segundo, el menor, marcadamente cabezón, le rehusamos siempre el nombre de Atlas que le habían puesto en la parrilla de la esquina, y preferimos el infinitamente más delicado de Cucuzza. Y así siempre.
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