De todas las adaptaciones audiovisuales de la novela “El
Conde de Montecristo” de Dumas que hemos analizado (hasta hoy), esta de 1975 resulta
ser la más fiel. Respeta los acontecimientos en casi todos los aspectos y el
problema resultante de ello es que, al llevar una historia de 800 páginas a
sólo 100 minutos, los detalles quedan en el camino. Se simplificó la trama a un
punto minúsculo y se tomó el drama justo y necesario por lo que el ritmo no
permite ni un momento de descanso. Y claro está, la novela
presenta muchas otras capas de sutileza y ahonda mucho más en el sentimiento central:
la venganza.
Tenían que simplificar y los cambios en la primera parte
tienen sentido, ya para el final me parece que se les fue un poco de las manos -la primera mitad trata el primer tercio del libro y en la otra mitad se
encargan de los dos tercios restantes de la novela-. Además hay que tener en
cuenta que es una adaptación televisiva y que el presupuesto no es el de la
gran pantalla como la de Caviezel del año 2002. Y, comparada con la adaptación
de TV de 1998 con Depardieu, es mucho más corta; por lo que al guión no se le
puede discutir nada.
La mayoría de los personajes hacen su aparición, aunque
algunos convirtiéndose inevitablemente de personaje secundario en extra. Richard
Chamberlain se ajusta a la descripción del personaje principal: es un excelente
Edmundo Dantés y Conde de Montecristo, incluso en sus otras metamorfosis es
mucho más creíble que Caviezel y Depardieu (aunque recordemos que en la de
Depardieu dieron en la tecla al utilizar a los hijos reales de los actores
cuando se interpretaba escenas del pasado). Chamberlain demuestra por qué era quizás
la mejor opción en el mercado de las mini series setentosas. Trevor Howard es
aceptable como Abate Faria, al igual que el resto de los personajes, tan sólo
aceptables. Como dato llamativo hay que decir que Louis Jordan, el actor que
hizo a Villefort, en 1961 interpretó el papel de Conde de Montecristo en otra
adaptación que analizaremos luego.
En cuanto a la escena paradigmática (la que nos encargamos
de analizar a fondo: la cárcel) aciertan en dedicarle un tercio del film,
aunque como dijimos no ahondan en detalles. Sin preámbulos aparece Edmundo en
la cárcel (no hay carceleros ni guardias que le den la bienvenida) y luego
mientras cavan para escapar se oyen las voces de Edmundo y Faria en off. Creo
que esto es un buen recurso, ya que llegan a la solución de por qué lo han
encerrado mientras muestran imágenes de sus trabajos para escapar, recurso que
va a continuar en escenas siguientes y que les permite avanzar en la trama en
forma veloz.
Entre los detalles que llaman la atención de esta escena, en esta adaptación no hay derrumbe, el abate se enferma y muere en forma
natural. Otra se da cuando Edmundo está nadando en el mar y encuentra un tronco
que le permite flotar sin esfuerzo (detalle que no aparece en la novela). Una
licencia que se permitieron o un objeto que le sobraba al utilero y no querían
desaprovechar.
La gran decisión es que mantuvo mucho más fiel que otras
adaptaciones el final de la novela. Mucho más creíble y sin los mágicos finales
televisivos de medianoche antes de la señal de ajuste.
A pesar del bajo presupuesto están muy bien los interiores de
espléndidos palacios y se ajustan también los exteriores de la Isla y Castillo
de If. En el vestuario uno no se la cree tanto, a veces parecen escaparse las
etiquetas del poliéster sintético de los setenta.
La mira acerca de cuál era el villano principal se desvió
apenas. En la novela es Danglars el malvado y acá es Mondego (larga esgrima de
por medio, más digna de “Los tres mosqueteros” o “El Zorro”). Además en el
libro “la venganza” tiene un poco de piedad e indulta a Danglars, acá no para
hasta acabar con todos. Y los párrafos que fueron evitados tienen un sentido
porque de no haberlos dejado de lado habría que dedicarle por lo menos 100
minutos más a la parte de la historia que transcurre en Roma y a personajes
como Caderousse o Nortier.
En fin, creo que es la mejor adaptación para aquellos que no
han leído el libro (y que no piensan hacerlo).
Hola, buenas noches, un gusto pasar por tu lindo blog, saludos cordiales, te invito de manera cordial a que visites el Blog de Boris Estebitan y leas mi poema titulado “Espera por mí”, espero seguir visitando tu gran blog e intercambiar más comentarios, buen inicio de semana. Excelente reseña, se nota que sabes mucho, saludos :)
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar por el blog y por los halagos. Por mi parte ya soy uno de tus seguidores.
EliminarEstuve leyendo tu poema y creo que hay un tema de Kings of Leon que deberias escuchar (y ver si está traducida) "Waiting for me"... la temática es similar aunque no se exactamente la letra
Saludos!
nunca me crucé con esta películas... la verdad no son de mi gusto, así como la de mosqueteros o de hombres con las máscaras de hierro y otros etcéteras ja... pero es bueno saber en este caso que vale mas un Chamberlain que un Depardieu...
ResponderEliminarnooooooo...ahora pispié la entrada de abajo y se terminó la muestra de tu arte!!!! o sigue unos días más????? contame.... salu2...
No, se terminó el domingo. Por suerte tuvimos mucha gente, en especial el día de la inauguración. Supongo que los cuadros irán a dar vueltas por donde sean invitados: exposiciones, centros culturales, etc
EliminarIgualmente en cualquier momento los subo al facebook o al blog. Por ahora uno solo encontró dueño.
Ah, pero como el fútbol, siempre damos revancha... reservamos la galería de Devoto para diciembre de 2014. Así que habrá que pintar para llegar lo mejor posible
Abrazo!
Vi una versión, creo que la del 2002.
ResponderEliminarLa reseña sobre esa la había hecho. Está buena, tiene al mejor Abate Faria, pero demasiada "Hollywoodense". Hay otras no pochocleras que tratan mejor la historia.
ResponderEliminarSaludos!