Navegando las agitadas páginas de Moby Dick, me topé con un
capítulo bastante especial. El autor critica los dibujos y cuadros realizados
sobre ballenas hasta ese entonces (1851) por considerarlos alejados de la verdadera forma de este animal. ¡Y vaya que lo están!
Herman Melville basándose en la propia experiencia y en los
relatos de marinos más que en un rigorismo científico (por ejemplo, lo clasifica como pez) hace una descripción casi
mitológica de Su Ballena, escribe la leyenda literaria de La Ballena.
Es que la narración de la historia principal -la venganza de
un capitán contra un cachalote blanco- se ve interrumpida a cada rato por
tratados de cetología, técnicas de descuartizamiento, digresiones documentales,
y demás teorías que van contrapunteando la novela. Reduciendo esta última
aproximadamente al 30% del libro; todo aquel que emprenda esta aventura tendrá
que tener mucha paciencia, o simplemente disfrutar de las islas en las que se
hace escala.
Esto genera que se den numerosos tipos de lecturas. Es
un libro lleno de alegorías y
representaciones simbólicas donde se da una perfecta distribución de acción,
drama, humor, de personajes que van evolucionando a veces de manera inesperada
y donde hasta la última página nos mantendrá en vilo.
A modo de muestra acá va una de las digresiones, el capítulo
55, apenas modificado y en el que voy a ir intercalando las imágenes correspondientes:
De los cuadros monstruosos de ballenas
De forma
inmediata y tan bien como me sea posible representaré para ustedes, sin lienzo,
algo semejante a la verdadera forma de la ballena, tal como aparece en la
actualidad a los ojos de los balleneros, cuando la ballena, en su total y
absoluta corporeidad, aparece amarrada a lo largo del buque ballenero, de tal
suerte que puede fácilmente incluso andar sobre ella. Puede ser interesante,
por ello, poner de relieve esos curiosos retratos que se han hecho hasta hoy de
la ballena, y son ofrecidos a la credulidad del hombre de tierra. Ha llegado la
hora de desengañar a la gente en este aspecto, demostrando que esas
representaciones de la ballena son erróneas […]
El más
antiguo retrato existente se encuentra en la famosa gruta-pagoda de Elefanta,
en la India.
La ballena a
que nos referimos se halla en un aislado segmento de pared, y representa la
encarnación de Visnú en forma de leviatán, conocida entre los eruditos con el
nombre de Matse Avatar.
Si bien esta escultura está compuesta mitad de hombre,
mitad de ballena, de manera que tan sólo incluye la cola de esta última, sin
embargo, esta pequeña parte del animal es ya totalmente errónea, y más se
asemeja a la inquieta cola de la culebra de Ceilán que a la amplia palma,
verdaderamente majestuosa, de la ballena.
Mas
trasladaos ahora a las viejas galerías, y observad un retrato de este pez hecho
por un gran pintor cristiano […] La
pintura de Guido, en que aparece Perseo rescatando a Andrómeda del monstruo
marino o ballena. ¿Dónde obtuvo el modelo de tan extraña criatura como aquélla?
No fue más
afortunado Hogarth al pintar
idéntica escena en su propio cuadro El
descenso de Perseo […]
Después
tenemos las simbólicas ballenas del viejo escocés Sibbald, y la ballena de
Jonás, como aparecen en las impresiones de las viejas biblias […] se trata en efecto de una criatura sumamente
pintoresca, aunque fabulosa, imitada de figuras de vasos antiguos […]
En las
viñetas y otros adornos de libros antiguos os encontraréis en ocasiones con
esbozos muy curiosos de ballenas, en que toda suerte de surtidores, chorros
fríos y calientes, surgen burbujeantes de sus inextinguibles cerebros.
Pero dejando
de lado estos intentos de no profesionales, echemos una ojeada a todas esas
pinturas de leviatanes reputadas como sobrias y científicas representaciones,
por aquellos que conocen la materia. En la colección de viajes del viejo Harris hay algunas láminas de ballenas
extraídas de un libro holandés de viajes, publicado en 1671 […] En una de esas
láminas las ballenas, semejantes a balsas de niebla, son representadas echadas
entre islas de hielo, mientras osos blancos recorren sus vivientes lomos. En
otra lámina se comete el descomunal desatino de representar a las ballenas con
colas perpendiculares.
Después hay
un libro escrito por un cierto capitán Colnett
[…] En este libro hay un esbozo que pretende ser el retrato de una ballena
espermática, dibujada a escala de un ejemplar muerto en la costa de México en
1793, y subida a cubierta. […] Para no mencionar más que un detalle mínimo,
diré que la ballena tiene un ojo que, aplicado con arreglo a escala adjunta, a
una ballena adulta normal, haría que el ojo de esa ballena pareciera un
tragaluz de unos cinco pies de largo. ¡Ah, mi simpático capitán! ¿por qué no
nos ofreció el espectáculo de Jonás mirando al exterior a través de ese ojo
prodigioso?
Ni las más
concienzudas compilaciones de Historia natural se ven libres de estos
detestables errores. Echad un vistazo a esa obra de Goldsmith. En la edición de 1807 hay láminas de supuestas “ballenas”
y “narvales” No deseo parecer inelegante, pero esa repulsiva ballena tiene todo
el aspecto de una marrana que hubiera sido amputada […]
Después aún
en 1825, Bernardo Germain un gran
naturalista, publicó un libro científico y sistemático sobre ballenas, en el
cual aparecen diferentes retratos […]
Pero el
lugar más destacado en todo este resonante negocio corresponde al científico Frederick Cuvier, hermano del famoso
barón. En 1836 publicó una Historia
natural de las ballenas, en la cual ofrece una pintura de lo que él llama
una ballena espermática. Antes de enseñar ese cuadro a un nantuckés creo que
harías mejor preparaos de antemano la retirada de Nantucket. En una palabra, no
es una ballena espermática sino una calabaza. Es cierto que este científico no
tuvo jamás el beneficio de un viaje de pesca de ballenas –lo que pocos hombres
alcanzan, en realidad-, mas ¿quién podría decir de qué modelo sacó ese cuadro?
Quizás lo sacó de un dibujo chino, y qué imaginativos son éstos, lápiz en mano,
lo sabemos a través de muchas copas, cacharros y objetos de arte que llegan
hasta nosotros.
En cuanto a
los pintores de ballenas que exponen sus cuadros en las tiendas de los
traficantes de cuadros ¿qué podríamos decir? Generalmente se tratan de ballenas
a lo Ricardo III, con jorobas de
dromedario, y muy feroces, pues se desayunan con tartas de marineros, es decir
lanchas balleneras llenas de tripulantes, mientras pasean sus deformidades por
mares de sangre y pintura azul.
Pero estos
múltiples errores al representar la ballena no son muy sorprendentes.
¡Considerad! La mayor parte de estos dibujos o pinturas están sacados del
momento en que la ballena, muerta, reposa en la playa. ¿Cómo podrían representar
al noble animal en la eclosión de toda su magnífica vitalidad? El leviatán
viviente, mientras flota, no ha posado nunca enteramente para retratistas […]
Puede
imaginarse que a base de los desnudos esqueletos de las ballenas llevadas a
tierra podrían deducirse veraces elementos para la reconstrucción de su
verdadera forma, pero esto no es así, en modo alguno. Porque una de las cosas más
curiosas acerca de este leviatán es que su esqueleto procura escasas ideas
acerca de su forma general. Del esqueleto de Jeremías Bentaham puede formarse la idea correcta de aquel vigoroso
y viejo caballero utilitario, con las principales características de Jeremías.
Sin embargo, nada de esta suerte podría inferirse de los huesos articulados del
leviatán […]
Por todas
estas razones, pues, y de cualquier manera que miréis el problema, necesitáis
llegar a la conclusión que el gran leviatán es la única criatura en el mundo
que debe permanecer hasta el final sin ser pintada. En verdad, una pintura
podría acercarse algo más que otras, pero ninguna en absoluto podría contener
un considerable grado de exactitud. Por tanto, no hay medio terrenal de
expresar el aspecto de la ballena. Y el único tolerablemente viable es que os
hagáis una idea de su viviente contorno es asistir a una pesquería de ballenas
personalmente. Pero al hacerlo correríais grave riesgo de desaparecer, por lo
tanto cual me parece que lo mejor sería que no insistierais demasiado en
vuestra curiosidad relativa al leviatán.
Volveremos a navegar y navegar estas páginas...