Así como ya habíamos enfrentado a Jaque al asesino vs. Enbusca de Bobby Fischer, y también La Defensa de Luzhin vs La Diagonal del Loco;
la partida de hoy es un viejo clásico de clásicos. Se cruzan dos
películas claves del género cinematográfico y a la vez grandes representantes del
juego de ajedrez.
Para no andar con muchas vueltas diremos que hay un claro
vencedor y film candidato a jugar la final del mundo contra alguna otra
película del género, esta es “El Séptimo Sello” de Ingmar Bergman.
La otra, “La Fiebre del Ajedrez” (el título original en
ruso es Shakhmatnaya Goryachka) no se queda atrás pero es tan solo un
cortometraje que sirvió de propaganda a la Unión Soviética. Es una película
muda de 1925 dirigida por Vsevolod Pudovkin, con guión de Nicolai
Shpikovsky. Una de las primeras filmaciones sobre el juego de ajedrez y para
analizarla hay que tener en cuenta la situación política y social rusa de
entonces. Luego de la Revolución y con la Unión Soviética afianzada, el Torneo
de Ajedrez en Moscú de 1925 (y este film) fueron un aparato de propaganda hacia el resto
del planeta, ya que a éste asistieron los mejores jugadores de la época del mundo: el cubano Capablanca, el mexicano Carlos Torres, el
yanqui Marshall, el austríaco Spielman, el checo Reti, el británico Yates; y no
sé si hubo metida de uña o no, pero el campeón fue nada más y nada menos que el
ruso Efim Bogoljubow, la mejor propaganda que el régimen bolchevique podían
tener. Todo un éxito.
En resumen, este cortometraje nos muestra la popularidad
del juego en ese país y la locura que desataba la celebración el torneo allí.
Si bien es sencillo se destaca el montaje perfecto para la época y sobretodo el humor
alocado sobre un tema que podía haber sido tomado muy en serio. Constantemente
se muestra la locura del pueblo ruso por este deporte, y cómo los jugadores
eran considerados estrellas, algo así como hoy pueden serlo jugadores de fútbol o
actores de cine.
En el medio de una situación sentimental en que su mujer
no soporta su obsesión por el juego, el personaje principal interpretado por
Vladimir Fogel, estará lleno de dramatismo, humor y desenfreno. Suele jugar
contra sí mismo, usa unas medias a cuadros negros y blancos, por momentos
tendrá intentos de suicidio, y por otros saltos de clavadista hacia la nieve
luego de ser expulsado de algún auto. El ajedrez es su vida, y en la calle lo
encuentra en todos lados, sobre un carro, en pañuelos, en los diarios o en las
baldosas de los edificios, hay una partida entre un policía y un ladrón e
incluso a los transeúntes les llueve tableros de ajedrez. La confusión de un
farmacéutico es casi el jaque de la película.
En cuanto a lo técnico tiene imágenes sorprendentes para
la época, tomas en contrapicada donde se muestra solo partes del tablero y el
movimiento de la pieza.
Aunque tiene un gran peor actor, el mismísimo Capablanca
que aún siendo cubano en la Rusia de ese momento era considerado como un Beatle
en EEUU en 1964. Capablanca tiene un papel sobre el final casi como un super
héroe que viene a salvar al mundo, pero mientras se desarrolla la escena llena
de dramatismo mirará a cámara casi como preguntándole al director si lo está haciendo bien (¿habrán repetido varias veces la escena o esta así como salió quedó?), lo que se dice: un genio.
Ahora si hablemos de “El Séptimo Sello”. Realizada en
1957 por Ingmar Bergman está basada en una obra teatral que el mismo director
había escrito y titulado “Pintura sobre Tabla”. Había sido representada varias
veces en teatros y en transmisiones radiales. Incluso había sido dirigida por
Beng Ekerot, quien en el film tendrá el gran papel de la Muerte. Por eso el
film está lleno de planeos y situaciones que parecieran remitir a una obra de
teatro.
Es un clásico del cine y ayudó a Bergman a establecerse
como uno de los directores más renombrados y contiene escenas icónicas y que
han sido parodiadas y homenajeadas innumerable cantidad de veces. En su
autobiografía Bergman habla sobre las dificultades con las que se topó para
poder filmarla, tanto de salud y estados de ánimo como las dificultades
económicas con las que se topó para producirla y por las cuales tuvo que
reescribir el guión varias veces. El título hace referencia a un pasaje bíblico
del Apocalipsis que se relatará al principio y al final del film.
Todas las escenas se filmaron en los interiores de un
estudio de grabación, a excepción de las escenas del comienzo y del final que
fueron filmadas en una pendiente rocosa de la playa de Escania. El blanco y
negro acentúa las escenas impactantes de contrastes de luz y sombra, que
recuerdan imágenes del expresionismo alemán, donde la sensibilidad de la Edad
Media se representa en su mayor crudeza. Como curiosidad hay que decir que
Bergman tuvo la idea del film a partir de pinturas medievales, en especial del
pintor de iglesias medievales Albertus Pictor (o Alberto el Pintor), que además
de aparecer en la película, vendría siendo una alegoría de lo que también
estaba haciendo en ese momento Bergman, ya que lo que se verá en las pinturas
aparecerá retratado en el film. Algo así como cuando Velazquez se pintó a si
mismo dentro de la escena de Las Meninas.
Y así es interesante analizar cómo el Ser Humano a lo largo de la Historia fue transitando diferentes miedos, en la era medieval se le temía
tanto a la idea de la peste como en la época de la filmación se le temía a la
idea de una guerra atómica, de la cual, para algunos, sólo Dios podía salvar al hombre.
La idea de Religión, Muerte, la Nada y el Amor cruzarán
la película en forma constante y por momentos la pantalla se teñirá con escenas
de humor negro muy interesantes para cortar con tanta seria erudición. Una
película existencialista, densa y con diálogos complejos y dignos de los
grandes teólogos o filósofos que se plantean el sentido de la vida, la
necesidad de certeza, la Nada, la Muerte y el por qué del silencio de Dios.
Está ambientada en la Europa medieval, en la época de las
cruzadas religiosas. Relata la historia de Antonius Block (Max Von Sydow) un
caballero cruzado que está volviendo junto con un escudero a su pueblo natal en
Suecia durante la época de la peste negra y que en su viaje de regreso es
perseguido por La Muerte, el caballero le propone jugar una partida de ajedrez
para así ganar tiempo y poder realizar algún acto que de sentido a su vida. En
el camino encuentran a un grupo de cómicos ambulantes que tienen como
principales actores justamente a una pareja llamados María y José. Éste último
sufre alucinaciones del tipo religioso y cree ver constantemente a la Virgen. En
el camino también encontrarán a una muchacha condenada a la hoguera por creerla
bruja y motivo de las pestes que azotan la región. El escéptico filósofo y
escudero, llamado Jöns (Gunnar Björnstrand) se verá inmiscuido en
varias situaciones por su descreimiento de la fiebre religiosa, y salvará a una
joven de una vejación, sumándola a la procesión que regresa a Suecia hacia un
castillo en donde estarán a salvo de la peste. Jöns encarna el escepticismo
crudo, vendría correspondiendo lo que Sancho Panza era para el Quijote, aunque
en este caso mucho más mordaz y tajante en su descreimiento. En el camino
también cruzarán una oscura y triste procesión de religiosos flagelándose y
sufriendo para que su Dios termine con la peste. Se les unirá también un
herrero que ha sido engañado por su esposa con uno de los cómicos. Este ecléctico
grupo continuará su viaje y serán estos los personajes que le den otro aire al
film, con algo de comedia, situaciones inocentes y más relajadas.
En todo el film La Partida de Ajedrez jugará un papel
tangencial (lamentablemente no se mostrarán jugadas ni se jugará demasiado) pero
importantísimo para la idea que completa el film, lo que dure el juego será la
prórroga que tendrá Antonius antes de que la Muerte se lo lleve. Se sabe que el juego viajó a Europa proveniente de las Cruzadas y que de allí provienen los nombres de las piezas (alfil es “elefante” en árabe) y de las jugadas. Pero los Cruzados no solo llevaban consigo un simple juego, sino una tradición religiosa, filosófica y que encierra grandes secretos. Y todo esto lo muestra Bergman en su film.
En todo este camino La Muerte aparecerá para terminar con la partida. Por más que Antonius intenta engañarla, como es de suponer ella logrará su cometido. Aunque el final es todo suyo, digo, del que no la haya visto y quiera verla, acá el resumen de apariciones del juego.
Sólo diremos que en su biografía Bergman, hablando de
los problemas económicos para filmarla, dice de la penúltima toma: “La imagen
de la Danza macabra bajo el cielo nublado se logró a un ritmo frenético ya que
la mayoría de los actores habían dado por terminado su día de labores.
Asistentes, electricistas, un encargado del maquillaje y alrededor de dos
pasantes de verano, los cuales ni siquiera sabían de que se trataba todo esto,
tuvieron que interpretar el papel de los condenados. Una cámara sin sonido
filmó la toma antes de que las nubes se disiparan".
El film Gran Maestro de esta oportunidad se encuentra completo en youtube incluso con excelente subtitulado castellano. JLO, un Amigo de la Casa, creador y mantenedor de Cuando el Arte Ataque ya lo había recomendado en un comentario en este blog. Síganle la corriente y veanla, no tiene desperdicio.
Voy a concentrarme en una película, por el tema de la muerte. Aparece el tema de ganarle en un juego, por lo queda la impresión de que conviene saber jugar uno, como el ajedrez. Idea que toma DC, para su personaje Madame Xanadu, quien se salvó de morir, por ganarle a la muerte a las cartas. Por eso es inmortal. Me recuerda cierto desde de Poe hacia al ajedrez, desden que no comparto.
ResponderEliminarEl personaje de la muerte aparece presente, el mismo, aparece en El gran heroe de acción, para decirle que el heroe de acción no está en su lista. Si el fan de las películas, pero tiempo después. Lo cual es en cierta forma una buena noticia.
Preferiría que la muerte fura mujer, pálida y hermosa. Algo como la visión de Neil Gaiman. Thanos es un peligroso villano de Marvel, cuya motivación es estar enamorado de la muerte. Un enamorado celoso incluso.
El ajedrez aparece en una escena de Un guijarro en el cielo, de Asimov.
Superman y The Flahs juegan al ajedrez, en algun momento del comic de Injustice: Goods among us. Inicialmente Superman gana, pero The Flash aprende rápido, resultando imbatible.
¡Excelente Demiurgo! Tu comentario es un análisis muy bueno, casi que podría hacer una nueva entrada con su estructura.
EliminarY creo que lo de la muerte como mujer u hombre es muy interesante de analizar. Yo no, yo prefiero a una muerte masculina como la del Septimo Sello, a pesar de que la llamemos LA muerte. Así como prefiero que EL sol sea femenino y LA luna sea masculina. Ah, y ya que estamos que EL diablo sea una muchacha hermosa.
Voy a tener en cuenta las recomendaciones acerca de la aparición de ajedrez que das.
¡Muchas gracias por este gran comentario!
Abrazo!
Estas sí son dos grandes pelis. Por el valor histórico y artístico. La rusa es todo un documento. Cuando la vi, hace mucho, lagrimeaba por ver a los genios del ajedrez de la época en una peli.
ResponderEliminarLa de Bergman es un gran clásico y la simbología de la partida es genial recontra genial
Abrazo!!
Si, coincido. Gran documento.
EliminarY de la de Bergman, si bien no se muestra mucho del juego, como bien decís tiene una simbología tremenda.
Gracias por esta recorrida que hiciste por todos estos post.
En algún momento tiro un nuevo duelo
Abrazo!!!
Vi esta película, me sorprendió. Vi una pelicula muy planificada, muy pensada visualmente. No sé si notaste que hay muchas lineas oblicuas, formadas por los personajes, como la psreja abrazada. Algunas escenas me recuerdan a los claroscuros de las historietas de Breccia, como en Sherlock Time.
ResponderEliminarNo me había percatado, Demiurgo. Voy a prestar atención a las escenas cuando la vuelva a ver.
EliminarQue la hayas comparado con los claroscuros de Breccia ya es todo un punto de análisis más. También la voy a encarar desde ahí... recordarás mi afición por el Viejo Breccia
http://frodorock.blogspot.com/2014/09/el-viejo-literatura-ilustrada-ii.html
Abrazo!