De la primera parte nos quedaron por visitar:
Calisto
Esta luna tiene un 99% del tamaño del petiso heavy Mercurio pero solo 1/3 de su masa. Tiene partes iguales de hielo y roca y en sus movimientos es el rebeldón de los satélites galileanos, se diferencia bastante de los otros tres ya que no está influido por la resonancia orbital (1:2:4):
Esa cara se encuentra completamente picada de cráteres de impacto. Tan saturada que no podrían formarse nuevos sin afectar a los antiguos, lo que se dice: un palimpsesto de cráteres.
Dos de los importantes han sido bautizados con los simpáticos nombres nórdicos de Valhalla y Asgard, para cortar un poco con tanta mitología grecoromana.
Ganímedes
El copero de Júpiter es el satélite más grande del Barrio (incluso un poco más grande que Mercurio) y la única luna con magnetosfera. Tiene hielo y silicatos en cantidades aproximadamente iguales, y así luce:
La superficie está constituida por dos terrenos. Los claros, resultado de actividad tectónica por el calentamiento de marea (nota: no es un amorío veraniego en la playa); y los oscuros, saturados de cráteres.
Galileo Regio es la gran pampa de Ganímedes, así que de encontrar algún ser vivo por ahí será una mulita alienígena o un homúnculo gaucho.
¿Alguien se preguntó a dónde nos llevan los alienígenas cuando nos abducen? Pues, ¡¡a Ganímedes!! Qué dudar. Si hasta Buddy Holly está sano y salvo allá.
Los datos más estrafalarios científicos los aporta el ufólogo peruano que bajo el pseudónimo de Yosip Ibrahim escribió un libro de cierta fama en los setentas donde asegura haber visitado Ganímedes.
Nos vamos abducidos por la música de Ganímedes:
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También según la voluntad popular nuestra próxima parada es Plutón, pero atenti, se viene un debate político de escalas cósmicas. Y la culpa no es del astro, sino de los que andan catalogando, distinguiendo, degradando. Ya veremos...