Ya apilé unos cuantos y vi que metían la diagonal, ahí va el pase con la pierna menos hábil... que no se las ataje Taffarel, definan como el pájaro Caniggia
El planeta más lejano de Nuestro Barrio, forma junto con el Olvidado Urano la dupla de Gigantes Helados.
Lo llamativo de este dúo es la diferencia de color, que lleva a pensar en una mezcla distinta de compuestos: hidrógeno, helio, metano, amoníaco, nitrógeno. No se sabe aún, pero algún elemento está azulando el Charco.
Neptuno es ligeramente más masivo que Urano pero ligeramente de menor tamaño.
Fue el primer planeta descubierto por predicciones y cálculos matemáticos, antes que por observación. Y aunque aparece en uno de los bocetos del finado Galileo de 1612, éste lo creyó una estrella.
El descubrimiento de Urano y la posterior observación de una perturbación en su órbita llevaron a pensar que otro cuerpo gigante ejercía atracción sobre él. Casi al mismo tiempo, y por separado, el astrónomo francés Le Verrier y el inglés John Addams realizaron sus cálculos, y unos años más tarde fue el alemán Galle quien en 1846 (con los cálculos de Le Verrier) observó el Charco por primera vez. Ladren lo que ladren los británicos el crédito es para el francés, y según las investigaciones de las últimas décadas podemos confirmarlo, reescribiendo los libros de historia.
El descubrimiento de Neptuno parecía reivindicar las leyes de Newton
(¡hasta las manzanas empezaron a caerse!)
y los astrónomos se lanzaron a la búsqueda de nuevos planetas. Incluso se creyó que había un planeta entre Mercurio y el Sol, al que llamaron Vulcano. Pero el cráneo de Einstein y su revolucionaria teoría dieron una nueva respuesta para la anomalía de Mercurio
(¡así Dios dejó de jugar dados!).
Desde su descubrimiento hasta 2011 navegó una vuelta completa al Sol, lo que le llevó 165 años terrestres. Esto se debe a que se encuentra bastante lejos, a unas 30 Unidades Astronómicas (30 veces la distancia de la Tierra al Sol).
Hubo un lío con la elección de su nombre que casi arrastra también a Urano (como metáfora de la fuerza que ejercía un astro sobre el otro) pero finalmente recibió el nombre del digno Dios del Mar romano. Y Urano pudo conservar el propio.
Tiene 14 satélites, de los cuales Tritón es el más importante y al igual que otra de sus lunas, Nereida, sus nombres mitológicos resultan muy acertados.
Con su tridente divino produce potentes tempestades climáticas convirtiendo al Charco en el lugar donde se registran los vientos y tempestades más fuertes del Barrio (en Neptuno TV se pronostican para esta tarde vientos de 2000 km/h).
Se sospecha que en su atmósfera hay lluvia de diamantes o tal vez de gotas gigantes de metano. Quien llegue hasta ahí nos podrá desasnar y ya que está, convertirse en millonario.
Al estar tan lejos es el astro del Barrio con mayor balance entre la fuente de energía de su núcleo y la poca que le llega del Sol.
No sabemos mucho de su magnetosfera ni de su período de rotación ni se su atmósfera. Hasta que no enviemos nuevas sondas tal vez no sepamos mucho más. Desde que lo sobrevoló la Voyager 2 en 1989 no hubo ningún otro cacharro por ahí cerca.
En realidad, sabemos muy poco de nuestro Charco, y lo que nos dicen los telescopios gigantes en estos últimos años es que en otros Sistemas Solares los planetas como Neptuno, abundan.
Y ahora lo que todos esperaban... ¡Neptunianos famosos!